lunes, 29 de marzo de 2010

Eso también es como es en cada corazón


¿Les conté que tengo un hijo hermoso?

No había contado antes porque en verdad he andado un poco trabado y bueno, un hijo es pa hablarlo de mejor forma. No se vaya a entender que es sólo hermoso a medias cuando es hermoso completo.

Hoy día hablamos un poco y ya lo extraño de nuevo. Me ha visto un poco raro estos días, pero de todas formas hemos hecho hartas cosas juntos: fuimos al teatro, vimos alguna peli, estudiamos, y me contó algo que les cuento de ahí.

Mientras, me vienen a la mente algunas escenas o momentos juntos, que espero no se me olviden nunca, y se sumen obviamente a otras que vayan viniendo.

Por ejemplo me acuerdo de la primera vez que vimos el mar juntos, (era la primera de él, más allá de alguna cuando era demasiado pequeño) el punto es que se alejó un poquito y se quedó pegado, en silencio. No es fácil sacarle palabras serias a mi hijo. Pero en sus ojos es fácil ver aquello que le impresiona. Tanto nos quedamos así (el mirando el mar y yo mirándolo a él mientras miraba el mar) que tuvimos que correr de pronto porque no nos dimos cuenta y una ola nos mojó a pesar de que arrancamos y hasta terminamos cayéndonos juntos, mojándonos de noche ahí en medio de la playa.

Otra cosa que hace, supongo que lo hacen muchos niños, es asomarse por los vidrios cuando viajamos y quedarse mirando. No sé que piensa en verdad, pues siempre me cambia el tema si le pregunto, y prefiere quedarse así. O cuando fuimos al ballet, que yo pensé no le iba a gustar y en cambio descubrí que tenía los ojos gigantes y brillosos y tuvo que reconocer que le gustó aunque no quería hacerlo porque decía que era algo de gay, o de niña, en un inicio.

Obviamente es mucho más alegre que lo que pueda parecer en lo anterior. Además de mirar por la ventana, a veces jugamos (generalmente él, pero yo tb he participado) en poner caras raras para la gente de afuera: hacerse el muerto o poner caras chistosas simplemente. O entre nosotros. Hasta ver quien se ríe primero. Y la verdad, no me atrevería a poner esas caras ante otra persona.

Y cuando mira las olas, o un bosque, o cuando nuestras miradas se juntan entre un juego y otro o en medio de un rato de estudio… no saben cómo me alegro de reconocerlo ahí, de comprender aquello que no me dice y que es también alegre, aunque quizá por razones distintas que las mías.

El otro día nos quedamos solos en casa de su abuela y mientras hacíamos tareas le quise contar que no andaba muy bien… que había terminado (o que me patearon literalmente pa que le fuera más chistoso) para que entendiera un poco por si andaba raro, o lo que sea.

Él me dijo que lo sabía, que me escuchó un poquito el otro día cuando se quedó a dormir en la pieza de al lado mientras hablaba por Skype.

-¿Y qué escuchaste?

-¿Que terminaron po? que tú no queríai...

Luego seguimos pasando en libro un cuaderno de música.

-¿Y por qué no me dijiste nada? O no sé, al otro día estuviste igual po, ¿no te dieron ganas de preguntar?

-No... además andabay triste...

Entonces cambia de tema y me recuerda que en cambio a él le acaban de decir que la niña que le gusta lo quiere a él. Y está contento de verdad. Hace por lo menos 3 o 4 años que le gusta la misma niña. Nunca otra. (Aunque es medio mirón como el papá) Si hasta a la chanchita de la alcancía le había puesto su nombre, porque era valiosa, y siempre me contaba, a modo de chiste alguna historia de ella. Me cuenta como se enteró y que se hizo el leso, como que no hubiera escuchado.

Y siento que se está haciendo grande, que pronto querrá salir solo con sus amigos o hasta se juntará con una chica. Y de puro egoísta me da un poco de miedo y piesno cómo será el querer de mi hijo, ¿qué será aquello que siente él por su Camila, y que ha durado tanto tiempo? Pero mientras lo pienso el me mira se reojo y ahora practica en flauta una canción andina cuya última frase dice "si no me quieres deja en paz mi corazón", o algo así. Y suena bien.

Entonces, a punto de terminar estas palabras me fijo por primera vez que sale arriba en la edición la opción de adjuntar una foto y empiezo a buscar aquella en que miraba el mar. Si la ven abajo es porque la pillé (también tengo un video casual de cuando arrancamos de la ola y nos caímos, pero no sé si estará a mano)

En fin, le digo, me alegro por lo de la Camila. Después de todo, eso también es como es en cada corazón.

1 comentario:

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales