domingo, 20 de junio de 2010

Tres meses. Un secreto. Un compromiso. Un agradecimiento.

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Antes de escribir en mi propio blog, debo reconocer que nunca leí uno. Quizá una que otra entrada alguna vez de algo específico, pero no era para nada asiduo a estos sitios. De hecho rechazaba la idea de hacerlo por varias razones que, sobre todo aquí, ya no viene al caso comentar.
El punto es que hoy precisamente se cumplen tres meses desde mi primera entrada: un poco derrumbado me proponía poner un pequeño pilar sobre algo que se me venía encima y creo que cumplió, de cierta forma, su función. Día a día me fui imponiendo sacar algo algo en limpio y vencer poco a poco mi reticencia y mi miedo a escribir algo que, necesariamente por el tiempo que hoy me queda para dedicarle, no podría revisar del todo y podía carecer de una calidad y/o profundidad que siempre me he autoexigido.
Hoy han pasado tres meses y no ha pasado un día sin que le deje un tiempo a esto -hasta los martes en que estoy fuera de casa trabajando más de 18 horas- y la verdad es que me he empezado a cuestionar bastante sobre si el seguir o no con esto.
Obviamente existe una labor complementaria que tiene que ver con proyectos personales de escritura a los que debo avocarme fuera de aquí, y deberé atender eso prontamente... pero el caso es que suelo encontrar pésimamente escritos algunas de mis entradas y siento a veces que esto puede empezar a perder el sentido que tuvo en un inicio.
Creo que sólo los que me conocen bastante podrán entender a qué me refiero, pero igual intentaré explicarme de alguna forma:
Hace unos nueve años, mientras estaba en la universidad, y había comenzado nuevamente a escribir tras un receso también autoimpuesto, suponía encontrarme retomando algunas actividades necesarias: estaba en una revista literaria, concretando algunos proyectos de escritura, leyendo más nuevamente, intentando después de algunos años un tipo de relación amorosa... y de pronto me encuentro en un viaje en micro con una persona que me iba a recordar algo y que de vez en cuando me lo recuerda todavía cuando quiero ver realmente cómo me siento conmigo mismo.
Era una de esas micros amarillas, viejas, un día domingo, e iban en la micro, recuerdo, algunas mamás con sus niños. Era un día bonito y supongo iban a salir a algún lado, no sé. El caso es que mientras iba leyendo se subió una persona a la micro que me sorprendió desde un inicio: era una mujer de esas alta, vestida de andrajos, no como las personas que comúnmente acostumbraban subir a pedir, sino como las que podías encontarr en lugares tiradas en lugares específicos de la ciudad, o a la orilla del ría. Era una mujer alta y extraña y mientras sacaba unos papeles, comenzó a contarnos una historia.
"Ayer me violaron", dijo. Sacó unos papeles y los mostró. "Acá está la constancia en carabineros y acá están los distintos papeles que me dieron los doctores", decía, mientras las mamás en la micro comenzaban a moverse, incómodas.
"Me violaron y de carabineros me enviaron a varios médicos. Unos me revisaron y me dieron unas pomadas, porque físicamente es algo que sigue doliendo... Luego de hacerme algunos exámenes de sangre para descartar problemas mayores me enviaron donde un sicólogo, y después donde un siquiatra. Me dieron algunas pastillas y algunas recomendaciones... la pomada también me la dieron así que no vengo a pedirles nada de eso..."
Recuerdo que aquí la mujer parecía mirar a una mamá que se apuraba en sacar unas monedas quizá para no tener que explicarles o conversar luego esa historia con sus hijos. Yo fingía leer el libro y no sabía bien que hacer...
"El problema es que el sicólogo me recomendó pasar unos días con gente cercana, familiares ojalá, gente de confianza. Y la verdad no tengo a nadie. Pensé harto y me acordé entonces que tengo a alguien en Valparaíso, un tío al que no veo hace años y que quizá ya no esté ahí, pero en verdad me siento mal y voy a intentar ir a verlo... quizá no es sólo por la violación, pero de verdad me siento pésimo..."
Mientras contaba esto yo intentaba pensar por qué la mujer nos cntaba todo esto... así como iba vestida, si quería dinero, le bastaba estirar la mano y eso hubiese bastado... yo tenía algo así como miedo de mirar a la mujer, era una mujer alta y la sentía como alguien superior a todos los que íbamos ahí...
"El punto es que no tengo dinero para el viaje a Valparaíso, o sea tengo un poquito, pero no me alcanza... y como cuando joven aprendí un poquito de inglés", nos dijo, "voy a cantarles una canción..."
Y lo que vino después fue una de las cosas más impresionantes que me ha tocado escuchar, ante lo cual muy pocas cosas han tenido comparación... la mujer comenzó a cantar New York, New York... y no sólo la cantaba. La mujer estaba gritando la canción, con fuerza, con talento, con energía, con toda la verdad que tenía...
Me avergoncé de ir a ahí a medias en mi vida, tibio como aquello que siempre había rechazado. No tuve el valor de mirarla a la cara cuando terminó y pasó a mi lado.
Recuerdo que llegué donde la persona con la que estaba intentando esta nueva relación, intenté explicarlo... no pareció entenderlo...
A la semana yo había renunciado a la revista, a la relación, y a toda posibilidad que para mi fuese realizada con tibieza. Me acordé como había sido yo, recordé mis sueños y la fuerza que alguna vez puse en ellos... me acrdé de aquello que para mí siempre había sido la vida y comencé a trabajar duro por encontrarla nuevamente... Mde acordé de aquello que me había hecho renunciar a distintos premios literarios en su momento y que me había llevado a rechazar publicar cuando se me propuso a muy temprana edad... y es que me era tan fácil escribir, sentía, que debía exigirme algo más, que esas creaciones no valían la pena, de cierto modo -por más que para mí de todas fueran importantes-.
Por lo demás no me sentía muy "limpio", eran años de errores y de haber olvidado quien era, y quise recuperar eso de alguna forma: me impuse leer cierta cantidad de páginas todos los días -sé que suena estúpido, pero en ese momento era como una especie de nutriente, que necesitaba para volver a escribir con todo, me decía-. recuerdo que fijé las páginas en 215 diarias y comencé a anotar las lecturas en una agenda que nunca había usado.
Me ordené en ciertas cosas, renuncié a muchas, quise nutrirme, juntar la fuerza suficiente para que cuando volviese a cruzarme con esa mujer o cn alguien así, pudiese mirarla con afecto a los ojos sin sentir vergüenza de mí mismo, y de lo que había hecho con mi talento, por pequeño que fuese.
Y es que la mujer sólo hubiese necesitado estirar la mano, pero en su acto me enseño una cosa: me enseño a hablar siempre con verdad, con toda la verdad, con fuerza, mirando a los ojos, usando todo lo que sabía, todo lo aprendido, y con toda la fuerza que uno tiene.
Luego comencé a trabajar, de profe, subí las páginas en vez de bajarlas, llegaron a 225, creo... lo que duró varios años... quizá demasiados... y es que poco a poco eso también comenzó a perder el sentido y caí en otros errores y la temperatura de eso igual bajó, de cierta forma...
¿Por qué lo recuerdo ahora?
Porque no quiero que esto también pierda sentido, no quiero que se vuelva algo tibio, ni un escape... debo recordarme a mí mismo que existen llamas que debo seguir alimentando y dándome entero por ellas, si quiero en verdad ser quien soy y estar contento conmigo mismo, feliz.
No quiero alargarme mucho más ahora pues creo que en eso que conté está prácticamente todo lo que quería contar: no soy mucho más que eso.
Hoy voy a darle un nuevo orden a mi lugar y lo haré con mi hijo y ese será además su regalo por este día... ayudarme a que este sitio se termine de ordenar, y construir un espacio nuevo, uno donde se comience tambié una historia y una obra de la que me sienta orgulloso.
Otro regalo que recibí, aunque éste no directamente, es encontrarme con un blog en el que me reconozco de cierta forma, uno donde alguien también se puso metas y las va cumpliendo -y no me refiero a esos de chicas que intentan bajar de peso y anotan los vómitos y las pastillas diarias...-, ya me había encontrado antes con varios especiales, honestos, alegres... pero éste además tiene algo que no es tibio, algo que está hecho para los demás, algo que brilla en medio de los otros...
De hecho ahora mismo voy a comentarlo, a agradecerlo rapidito, porque tengo mucho que hacer hoy, y eso me da alegría, porque está mi hijo conmigo y este día recién está empezando.

2 comentarios:

  1. Yo no soy un tipo que lea mucho,o sea leo, pero leo a filósofos o leo sociólogos.
    Este espacio ha sido una vitrina a muchas cosas interesantes, algunas asombrosas. No se puede importar el sentido de otro, pero a mi, este blog me hace aún mucho sentido, y me fabrica sentidos nuevos.
    sigue escribiendo..deja que el blog tenga su vida y amistades propias.
    un abrazo.

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  2. Guau! (fue lo primero que se me ocurrió cuando lei tu magnifica entrada) y después todo el resto: segui con el blog! en la vida no abundan las oportunidades en donde podamos respirar, ser y hacer lo que nosotros queremos. Una vez en un colectivo en el que viajaba, se subió un tipo "drogado" al que lo perseguían otros tres más, el tipo se sube al colectivo, los otros lo corren, se suben, finalmente lo alcanzan,lo tumban a escasos 10 centímetros de mi y empiezan a darle patadas en la cabeza y golpearlo entre 4. A todo esto el colectivo arranca, el tipo golpeado se levanta bamboleante ante la mirada de los demás pasajeros quienens lo empujan, y no conformes con eso, el colectivero abre la puerta y el lugar de brindarle ayuda entre otros dos pasajeros más, lo bajan de prepo y lo tiran del colectivo a la calle. Yo en shock, a las 3 cuadras llegué a mi casa y me di cuenta, la vida es como una película de Haneke. No es verguenza la de la gente, es Apatía, es no querer meterse porque saben que les va a ir mal. La misma mirada que tienen algunos alumnos de mi universidad cuando intentas que se interesen por la historia del cine, o por algo...y te das cuenta que digas lo que digas o muestres lo que muestres el interes no existe, ellos también viajan en colectivo, pero por suerte para mi y para vos está el arte (que no se si el nos necesitará a nosotros tanto como nosotros a él) aunque sea bajo la forma de un blog!! (muchas gracias por el coment, y el agradecimiento tenes un blog genial! por suerte el tuyo es para leer y disfrutar en vez de esos a donde sólo se descargan cosas!!! saludos!

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