domingo, 15 de agosto de 2010

Las hermanas Brontë, de André Techiné (1979)

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Recuerdo que de pequeño una profesora del colegio me prestó un libro donde aparecían unas cartas de las hermanas Brontë. Se trataba de correspondencia que mantenían entre ellas durante su primer periodo escolar, durante el cual habían muerto de tuberculosis dos de ellas.

Y es que al igual que la canción de los 10 perritos, los Brönte fueron varios (5 hermanas y un problemático varón) que murieron prontamente, de uno en uno, más allá que hoy se haga referencia principalmente a Emily y a Charlotte, como las artistas de la familia.

En la película de Techiné, sin embargo, gran parte de la atención parece llevársela el hermano, también pintor y poeta -los cuadros de las Brontë que se conservan fueron pintados por él-, muerto a partir de su adicción al opio y al alcoholismo -que no se enfoca tanto en esta película- y cuidado durante sus últimos años por Emily, la más interesante de las hermanas y para mí, por cierto, la más querida.

En el libro de cartas, recuerdo, las suyas parecían ser siempre las más tristes, pero tras esa aparente tristeza había siempre una "mirada más larga", algo que atravesaba las apariencias y llegaba a plantearse, y a exigir, una forma de vida donde se exaltase la verdadera belleza: esa que perdura y no está hecha como simple capricho estético...

"Prefiero el acebo, aunque sea humilde, triste y banal. Tú sólo ves la apariencia de las cosas. Ahora te fascina la rosa salvaje, porque resplandece. Pero pronto perderá sus flores, porque se marchita precozmente, ¿dirás que es bonita este invierno? El acebo en cambio siempre será verde…
La rosa salvaje es el amor… lo desprecio y lo pisoteo…, mientras que el acebo es la amistad, el sentimiento profundo, y sobrevivirá al invierno…"

Este ámbito de su personalidad, que no siempre es fácil de captar a partir de sus escritos literarios, -principalmente debido a la lectura superficial a la que comúnmenete se ha sometido a Cumbres borrascosas y al olvido en que se tiene su muy buena poesía-, me ha parecido entonces, -si bien no es algo central-, uno de los principales logros de esta película de Techiné, ya que demuestra cierta comprensión hacia los rasgos diferenciadores de estas hermanas que muchas veces son vistas como un todo sin detenerse en las características individuales de cada una -situación que además se ve reflejada en aquel letrero de cruce de caminos que se repite varias veces a lo largo del film-.

Además de esto -que responde más bien a una valoración personal-, la película presenta una excelente fotografía, realizada por Bruno Nuytten, llena de tonos sombríos y ásperos que configuran además el espacio natural -y hasta el interno- en que se desenvuelven sus personajes. Las actrices, -la Adjani, Isabelle Huppert y la comúnmente poco valorada Marie-France Pissier- saben compartir muy bien el espacio y mantienen en alto la calidad interpretativa en todo momento, más allá que la atmósfera común parezca robarse aquí el verdadero protagonismo, y sea además, lo mejor logrado de este film.

Yo, a pesar de todo, me quedo con la visión de Emily, viendo la vida como tras una ventana, constantemente aprendiendo de sí misma y de los otros, con miedo a salir de sí más allá de lo que hacía en su propia literatura... esquiva y reticente a publicar -fue Charlotte quien descubrió su poesía y la convenció de hacerlo-, o negándose a reunirse con los editores una vez que se hizo necesario y decidió seguir sin revelar su identidad.

Me quedo con las frases muy bien ubicadas en esta película, la fuerza que conlleva el admirar al sentimiento que perdura, con la visión de Emily cuidando a su hermano, negándose a sí misma, pero volcada enteramente a una literatura donde cabía, entera, su propia existencia...

Me quedo con algunos de sus poemas, con My lady´s grave o con When I shall sleep, me inclino ante su temprana muerte y ante la forma de amar y comprender aquello que la rodea... aunque lo haya vivido todo de una forma un tanto alejada y sombría.

Pero bueno, aquí hablábamos de la película de Techiné, y supongo que hay que terminar diciendo que es una buena película. Y que a pesar de su lentitud y, a veces, excesiva languidez y abuso de sombras y tonos crepusculares, logra captar algo en la vida de estas hermanas que está muy lejos de apreciarse en las adaptaciones de las novelas que se han realizado.

Un ingreso a la atmósfera de esta familia, realizado con sobriedad, captando lo esencial sin abusar del maquillaje... y bueno... además está Emily, y está bien retratada... hermosa, seria y permanente. Tal cual como uno la recuerda, o imagina.

2 comentarios:

  1. Ohhh me gusta mucho este post.. interesante, se ve que esta buena la pelicula... Gracias por aportar cultura!!! Emily parece haber sido una persona exepcional...

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  2. Sí, lo era, (y hasta un poco más que eso). Gracias.

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