jueves, 18 de noviembre de 2010

Vian, el minero 34.

.
Vian vive bajo tierra y nadie lo rescata.
.
Está solo y triste y hasta los topos
le hacen bullyng.
.
Piñera se fue
y los ministros
y hasta la prensa.
.
Nadie en la superficie lo nombra
y está bajo tierra como un feto
que se niega a salir al mundo.
.
Los papeles que envía a la superficie
se pierden por el camino,
o los publican allá arriba como si fueran chistes,
y los incorporan al repertorio de Pancho del Sur,
-lo que es peor, por cierto, a que no lleguen-.
.
De todas formas en sus papeles
Vian no da indicaciones sobre su estado
ni pide que lo rescaten,
sólo enumera una serie de peticiones
al jefe de turno,
o a Don Francisco,
aunque este último, teme Vian,
le enviaría apenas una silla de ruedas
y un curso de rehabilitación,
hacia abajo.
.
Vian en cambio pide cosas fundamentales:
libros, papel y lápiz, y cerveza.
Artesanal y negra si es posible,
pero pueden ser otras, ciertamente,
pues su paladar hoy en día
está reseco, e insensible.
.
Mientras, abajo,
las cervezas que Vian bajó en primera instancia,
ya comienzan a escasear.
Y de los libros, hay algunos que ha leído hasta seis veces,
para no comenzar con los últimos,
y acabarlos.
.
Lo peor es que en penumbras,
y a solas,
hasta los libros que llevó para divertirse,
terminan por parecerles tormentosos,
y consiguen sacarle un lagrimón,
o hasta un gemido,
de vez en cuando.
.
Y es que en penumbras
hasta el libro de la Allende,
que llevó como papel higiénico,
termina a ratos por parecerle aceptable
y entonces Vian se preocupa.
.
Algo debe pasar acá,
a 700 metros de la superficie del mundo,
se dice,
y hasta elabora una teoría en que la profundidad de la tierra
parece reemplazar la nula profundidad que tenían
aquellos libros en un inicio,
y complementarlos,
-aunque no se convence demasiado-.
.
Quizá por eso Vian,
-por escapar de esa profundidad, me refiero-,
de vez en vez hace túneles
hacia la superficie,
aunque siempre se detiene
a pocos centímetros de ella,
justo cuando comienza a sentir
el inconfundible olor a pata,
o llega hasta él,
el sonido de algún televisor,
o hasta el sermón de una iglesia.
.
¿¡Qué les cuesta mandarme algo!?,
alega Vian,
nunca les pedí nada antes.
.
Es por esto que le escribo yo ahora,
señor Farkas,
o usted, humilde destinatario...
y es que yo veo a Vian allá abajo
y es como si viese picar cebolla.
.
Si lo vieran cuando lee a Faulkner,
o a Dostoievski, o a Kawabata...
si le vieran la carita que pone
ahí donde piensa que nadie lo ve,
o cómo le brillan los ojitos cuando mira
las últimas botellas de cerveza que le van quedando...
.
Yo apelo entonces a ustedes señores...
además Vian no pide mucho:
unos recortes de cuadros de Degás para adornar
allá abajo,
la fundamental cerveza
-artesanal y negra, de ser posible-,
un par de cuadernos y lápices,
la colección de autores contemporáneos de Anagrama
-menos Zambra-
los cuentos completos de Chejov en ruso
-y una rusa para que le traduzca, por supuesto-,
las piezas teatrales de Mishima,
libros de Kôbô Abe,
los que le faltan de la Lispector,
y, por último,
si la rusa no se deja convencer,
una muñeca inflable, un bombín,
y una cajita de parches,
porque frotarse contra las piedras
ya le está produciendo heridas peligrosas.
.
Sé que estarán atentos a estas humildes y básicas peticiones.
Y que toda la bondad de sus actos
será retransmitida por el reality que los ángeles
le editan a Dios cada mañana.
.
Lo único que les pido es que por favor
no intenten rescatarlo,
nada de cápsulas ni planes a, b y c,
ni chapitas con la cara de Golborne,
ni poleras con el autógrafo de Bielsa...
.
Libros, cerveza, papel y lápiz
y aquello que ya nombramos.
.
Vian, a través de mí,
les da las gracias de antemano.
.

1 comentario:

  1. yo me llevaría unos recortes de van gogh, por estos días me gusta demasiado...
    si consigo el libro de las cartas a theo van gogh irían adjunto a las imágenes
    y si pudiera encontrar enviaría de bonus los dibujos de Egon Schiele
    Saludos.

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales