sábado, 18 de diciembre de 2010

No hay lluvia.

.
No hay lluvia.
Hace tiempo que no hay lluvia.
Y claro, uno piensa que es correcto,
y que lo normal es eso,
por supuesto.
.
Pero la tierra no lo sabe,
y se seca.
Y reclama,
con su voz llena de polvo.

Y claro,
los reclamos de la tierra
no hacen eco:
se escriben en el polvo
y se borran
y no hay huellas.
.
Por eso escribo hoy:
porque quiero ser la huella.
.
Y porque de cierta forma,
la lluvia que hoy no llega,
viene de cierta forma a ratificar
la existencia de un espacio
árido,
de piel resquebrajada.
.
Por lo tanto,
puede que esto te suene
a algo ya escuchado,
a canción popular,
a coro de iglesia,
o hasta a carta de amor;
todo con tal de no decir aquello
que nunca decimos:
que estamos solos,
que la vida se nos fue,
o que no alcanzamos a contestar la llamada
de Dios,
cuando requería de nosotros.
.
Pero desvarío.
Fijémonos mejor en lo concreto,
y lo concreto es que no hay lluvia.
.
Las palabras salen secas
de las bocas de los hombres,
y la tierra se agrieta
y hasta el alma se agrieta
y no hay lluvia.
.
Dejémosle entonces a los otros
buscar culpables,
y digamos mientras
que es culpa del clima,
o que es algo natural,
como las mareas.
.
No nos preocupemos de aquello,
que lleva a nuestro pensamiento
a enfrascarse en cuestiones
tan sin solución
como el asunto ese
de los sentimientos puros.
.
¡Ja! Sentimientos puros...
Mire usted el absurdo
que plantean estas palabras...
.
Al respecto me gustaría contarles
que yo una vez quise pintar a una muchacha,
-sé que no viene al caso,
pero es que quisiera contarles-,
y la muchacha posó
y se detuvo
en la posición que yo escogí,
como eterna.
.
Pero claro,
el dibujo salió movido,
y culpé a la muchacha...
y rompí mis apuntes
y bocetos...
y bueno,
olvidé en el fondo que nada
tiene la propiedad de ser eterno.
.
Pues bien,
con esa convicción me enfrento hoy,
a la incuestionable verdad
del instante.
.
No aspiro a la perfección,
ni a la eternidad,
ni a sentimiento alguno,
que sobrepase la medida
de lo efímero.
.
Me basta con una palabra pequeñita,
con un gesto,
o con un algo
poco más que imperceptible...
.
Y si alguien tiene algo más,
créame en verdad
que es algo
que no quiero.
.
Y es que nada quiero,
querido lector,
absolutamente nada...
.
Me haría bien la lluvia,
es cierto,
pero nada pido.
.
Y es que mi piel resquebrajada,
parece estar conforme
y en silencio.
.
Hoy es un día más,
me dice,
eso es todo.
.
Y yo toco mi piel,
como si la acariciara,
y me despido del día:
.
Buenas noches día,
le digo.
.
Buenas noches, Vian.
me contesta.
.
Y yo pienso que todo está correcto,
y que es normal aquello
y hasta intento dormir.
.
Aunque claro,
debo reconocer,
que no resulta
del todo.
.

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