miércoles, 9 de marzo de 2011

No sólo de pan vive el hombre, o una historia con final feliz.

.
.
Dicen que el panadero
del negocio de la esquina
se ha vuelto loco.

Hay cordones policiales
en la calle,
y un grupo de escolares se ha sentado
en primera fila
a esperar que algo suceda.

Y sí,
de pronto pienso que toda esta gente
reunida,
ha estado esperando por años
que algo suceda…
y claro,
hoy es el gran día
y ellos están allí.

Yo, entre tanto,
doy algunas vueltas y los escucho hablar
de lo sorpresiva que es la vida,
que un día todo está bien
y de pronto esto
que llega sin aviso.

Yo hablé con él esta mañana,
le cuenta una vecina a un reportero,
vine a comprar el pan
y noté que estaba distinto…
o sea no el panadero,
sino el pan,
cuando lo comimos al desayuno…

Luego entrevistan a otros vecinos,
que cuentan anécdotas
y hablan de lo bueno que era aquel tipo
como si ya hubiera muerto,
hasta que entre tanto dato e historia
deciden que han dado con la causa particular
de todo aquello
al señalar que su ex mujer
se había casado con otro
hace apenas unos días.

Ya con esos datos,
que parecen dotarla de un sentido,
la noticia está lista para salir al aire,
anunciando que,
según la versión de un cliente,
un panadero habría dado muerte a una mujer,
metiéndola en el horno
en el que cocinaba el pan.

Luego, sin embargo,
la noticia aumenta,
pues tras cerrar el negocio y lanzar gritos
hacia la calle,
el vecino de la casa de atrás
de aquel negocio,
dice haber visto al panadero
violando a una mujer
sobre la mesa en que amasaba,
y hasta se da a entender
que habría cometido antropofagia,
devorando parte de ese cuerpo
en aquel mismo lugar.

Ocurre como con los artefactos tecnológicos,
escucho entonces decir a una mujer,
lo que pasa es que todo
tiene siempre una vida útil.

Intrigado,
decido acercarme esa mujer,
y preguntarle qué quiso decir
con aquella frase.

Yo digo lo que digo,
dice ella,
uno está bien hasta que se vence,
como los aparatos tecnológicos,
esos que se echan a perder justo después
que venció la garantía…

Luego comienza a hablar de unas lavadoras
y un televisor
que le había regalado su hijo
y yo comienzo a fijarme que ella
no parece estar tampoco del todo bien
y que tiene olor a trago.

Uno debiera morirse a los 40 años máximo,
continúa,
después el cuerpo se pudre
y el espíritu no sabe qué mierda hacer adentro
y se producen estas cosas…
a veces es algo que llega antes o después,
pero tiene que llegar…

Yo me quedo en silencio
y la escucho hablar,
mientras,
por altavoces,
la policía nos dice que nos alejemos del lugar
y comienzan a ampliar un cerco
con huinchas rojas,
y hasta algunos apuntan con escopetas,
tras los autos estacionados
como en las películas policiales.

Lo extraño,
es que esto no es, por supuesto,
una película policial,
y el panadero encerrado
se llama Mauricio
y yo mismo jugué con él al fútbol
hace apenas una semana,
cuando perdimos 10-4,
sin que aquella derrota
nos afectara en lo más mínimo.

Luego,
tras la llegada de más reporteros,
y el nerviosismo de la gente
y la policía
y la voz de la mujer que seguía hablando
sobre su teoría de la vida útil,
decido mejor alejarme de aquel lugar
y voy a encerrarme a un bar
a beber unas cervezas
e intentar pensar en otras cosas.

Así,
mientras bebo,
me invento una serie de situaciones que,
sin embargo,
me parecen no dejar nunca
de hablar de lo mismo:
que estamos solos
y que existe el momento en que ya
no lo sabemos soportar.

Horas después,
llegan unos amigos
hasta el local,
contando que salieron en la tele
y que el Mauricio
se intentó matar…

Imagínate que el hueón hizo una mujer de masa,
me cuentan,
tamaño natural…
como un pan gigante, hueón,
con tetas y todo
y la cocinó en el horno pa que quedara durita…

Calcula cómo estará de cagao
que el hueón se la folló
y hasta se la intentó comer después,
entera…
mientras los pacos estaban afuera
y había periodistas
y un montón de cabros chicos…

Por último,
me cuentan que al entrar,
los policías encontraron a Mauricio
colgado de una cuerda,
pero sin que éste hubiese conseguido
quitarse la vida,
y que lo llevaron al hospital.

Y bueno…
eso me cuentan
y se sientan a tomar,
mientras le piden al dueño del bar
que prenda la tele
para ver las noticias.

“Una historia con final feliz”
le pusieron a la nota,
en el canal que vimos.

Luego, volví a mi cuarto
a revisar unas pruebas.

Ah... se me olvidaba,
yo también aparecí
en algunas imágenes.
.

1 comentario:

  1. historia con final feliz... mmm...

    y a propósito de imagenes, un dia me gustaría hablar de eso en detalle, las ilustraciones si es que aun no se arrepiente.
    hablamos.

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