jueves, 9 de junio de 2011

Una casa en el mundo de los hombres.

.
“Un huésped reside en mí,
aunque nuestros intereses no son
completamente los mismos.
Uno de nosotros está borracho.
El otro está siempre despierto.
Despierto y sobrio.
Nos reímos el uno del otro.”
Tao Yuan-Ming
.

Me rehúso a construir
una casa en el mundo de los hombres.

Además ese mundo ya se acaba.

Mejor siéntate.
Estira las piernas.
Y observa.

Anota luego lo que ves
en un papel,
y quémalo
o entiérralo en un lugar
que no recuerdes.

Nada ha sido hecho
para ser almacenado

Y la vida
no es bodega
de nada.

Y es que no hay derecho a construir,
sino poder para hacerlo…

¡y el poder está en tan pocos!

¡y es tan sucio…!

Disculpen mi arrogancia:
pero hoy he venido a lanzar
la primera piedra,
esa que estaba destinada a edificar
mi casa
en el mundo de los hombres…
y que hoy me rehúso
a construir.

Y claro,
ese podría ser el resumen de todo,
y uno sentiría en parte
que el mundo fue siempre
el espacio y el dominio equivocado…

Pero hay más,
ciertamente.

Y tú deberías sentarte,
estirar las piernas
y comprenderlo.

Y así las cosas nunca morirán
antes de que tú mismo mueras,
y tampoco prevalecerán sobre ti
y tú serás tu propio mundo…

Después de todo
es así como amamos
y es así como vivimos,
y todo lo demás es construcción vana.

Así que ya lo sabes:

No construyas una casa
en el mundo de los hombres.

Además,
ese mundo
aunque florece
ya se acaba.

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