miércoles, 29 de febrero de 2012

Gente que desaparece.

“Ella era un alma más o menos buena,
pero el mundo está lleno de almas
más o menos buenas,
y mira donde estamos…”
Ch. B.

*

Hay gente que desaparece.

Las ves en una esquina,
intercambias unas frases
y hasta a veces sonríes.

Luego desaparecen.

No es metáfora.

No es que no los veas.

No es que los olvides.

Ellos sí desaparecen.

Se esfuman.

Ya no están.


*

Los que no desaparecen son más,
por supuesto.

El hombre del negocio.

La mujer de la esquina.

O la anciana que alimenta al perro,
por ejemplo.

No sé si son mejores
que aquellos que desaparecen.

Sinceramente, no lo sé.

Creo que ellos,
sin embargo,
también lo desconocen.


*

En resumen:

Hay gente que desaparece,
y hay gente
que no desaparece.

Sin embargo,
todo a quién se le pregunta
cree pertenecer al grupo
de los que no desaparecen.

Y es que quizá,
pienso ahora,
los que no desaparecen
también desaparezcan
de alguna forma
para los desaparecidos…

Es decir,
puede que se trate
de simples bifurcaciones ,
y que a fin de cuentas
todos estemos destinados
a una misma desaparición.

No es metáfora.

No hablo de muerte.

No hablo de alejamientos.

No hablo de olvido.

Hablo de desaparecer,
simplemente;

hablo de no ensuciar.

De salirse del juego.

De evitar complicaciones.


*

Suele ser buena
la gente que desaparece.

O más o menos buena,
al menos,
para no exagerar.

De esos que no hacen daño,
me refiero,
y que dejan cada cosa
en el sitio establecido.

Hacen la cama en las mañanas.

Planchan sus camisas.

Lavan los platos en que comen.

Con eso basta.

Y es que de cierta forma
ya estaban medio desaparecidos
antes de desaparecer…

Es decir,
saben que no hay nada.

Y eso los tranquiliza.

Y claro…
sería injusto, ahora que lo pienso,
seguir hablando de ellos…

Mejor dejémoslos tranquilos.

Y desaparezcamos también.

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