lunes, 3 de diciembre de 2012

Atención terrícolas.


No soy de este mundo. Pueden tomarlo como broma, pero es cierto. Vengo de un lugar al que ustedes podrían llamar “otro mundo”, aunque no se trata necesariamente de la imagen que ustedes asocian a estas palabras. Pero aceptemos que es “otro mundo”. No Marte, ni Venus, ni Júpiter ni ninguno de esos a los que ustedes inventaron nombres y juegan a entender.

Además esos mundos no son otros.

Aquí, sin embargo, todos pertenecen a este mundo, salvo yo.

Y claro, hoy se los cuento protegido por la incredulidad con que han de tomar mis palabras.

Otro escrito, dirán.

Está loco, dirán.

Y yo diré simplemente que no soy de este mundo. Y que estoy de paso.

¿No lo consideran chistoso?

Es decir, les contaré algo sobre ustedes, pero ustedes no creerán.

Igual que no han creído a los otros que han venido desde fuera, antes que yo.

Trout, por ejemplo… Wingarden… ¡y cuántos más…!

Hoy lo veo claro.

Y es que ustedes desconfían de mí, pero debiesen desconfiar de su sangre.

De sus padres.

De sus hijos.

Y de todos aquellos a quienes creen los unen afectos importantes.

¡Cuánta equivocación en ustedes terrícolas…!

¡Cuánto desperdicio en sus acciones banas…!

Y es que su corazón es apenas un músculo y ustedes también están de paso…

Atención terrícolas.

Un día ordenando encontraré en la biblioteca el libro correcto y arrancaré las páginas una a una.

Será tan fácil como arrancar semillas.

Luego escucharé a Bartok, y a Shosta…. y a Jana…

Y entonces será tarde, para ustedes.

1 comentario:

  1. ...dala impresión que nuestros días están contados y resultan ser otros los que llevan la cuenta!
    Difícil de digerir...
    =)

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