viernes, 28 de diciembre de 2012

¿Qué más podría buscar?

"Con las mujeres no hay manera"
Boris Vian.



Ella sonríe mientras mira el monitor.

-¿Qué más podría buscar? –pregunta.

-No sé… -contesto yo, mientras le sirvo un té-. ¿Siempre juegas a eso?

-Sí… me gusta encontrar datos, historias… ¿no tienes azúcar?

-Este té se toma sin azúcar –digo yo.

Ella toma un sorbo mientras escribe algo en google.

-Es amargo –dice.

-Es un té especial –le explico-, es un té que han masticado previamente unos monjes tibetanos… la saliva permite una fermentación más rápida… de ahí el sabor amargo.

-¿Me estás hueveando?

-No… si quieres búscalo en google…

-Si te molesta que esté frente al monitor solo dilo… no tienes para qué inventar historias raras y asquerosas…

-¿Tú crees que me molesta?

-Sí –dice ella-. Y creo que ni siquiera te das cuenta cuando eres agresivo…

-¿Es agresivo un té masticado por monjes tibetanos?

-Es agresivo que te molesten mis ganas de buscar, de saber…

-No me molestan tus ganas… disculpa si di esa impresión…

-Lo que pasa es que tú crees saberlo todo, o hasta tenerlo todo, con tu biblioteca… ¿eso te pasa, cierto…?

-No –dije yo-. No me pasa eso.

-Pues yo creo que sí te pasa… y creo también que te falta humanidad… te falta corazón, incluso…

-Puede ser, pero te indicaste el lado equivocado.

-¿Cómo?

-Cuando hablaste del corazón… te indicaste el otro lado…

-¡¿Y qué mierda sabes tú dónde está mi corazón…?!

Yo guardé silencio.

-Te gusta siempre andar cuestionando… siempre juzgando o pensando que el otro no sabe qué buscar… o concluir que estamos perdidos…

-…

-¿No vas a decir nada…? ¿Quieres que me sienta absurda hablando…? ¿Esa es tu técnica ahora?

-Si quieres hablo.

-Lo prefiero… siempre y cuando no vengas nuevamente con tu humor enfermo y falto de humanidad…

-¿Lo dices por lo de té?

-Claro… ¿solo lo haces porque sabes que me dan asco esas cosas…?

-Espera –digo yo. Luego le acerco una caja.

-¿Qué es eso?

-El envase… ahí dice… hierbas para infusión previamente masticadas por monjes tibetanos de la región de

Entonces ella, de improviso, me lanza lo que queda el té y se va al baño, con náuseas.

Cinco minutos después pasa junto a mí, sin mirarme. Toma sus cosas y se va del lugar dando un fuerte portazo.

El monitor sigue encendido.

Y Google espera.

Así, finalmente, tras pensarlo un momento, me decido a buscar la palabra humanidad.

Lamentablemente, no encuentro una definición satisfactoria.



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