jueves, 11 de abril de 2013

Pierda cuidado.



No es absurdo.

Bueno, un poquito.

Pero saben… yo borracho soy más absurdo, todavía.

Me refiero a un gran número de cosas ausentes en su comportamiento.

Podría hablarles de aquello, claro… pero no sé realmente si viene al caso.

Y bueno… en el fondo les quiero decir que no se preocupen.

He visto casos graves y este… bueno… no es de esos.

Volverá a comer pronto, ya verá…

Aceptará lo que le digan…

Es cuestión de tiempo.

Por otro lado, también es normal si eso no ocurre.

Es decir, si no ve cambios en los próximos meses no desespere.

Piense en cambio en otras cosas… olvídese de él un rato.

Déjelo por ahí, en la biblioteca…

Además, ¿cuánto cree que aguantará en la biblioteca?

Dígale que la ordene… recomiéndele sistemas, formatos de orden…

Yo creo que es un buen tratamiento.

O sea, pronto querrá volver con los otros, estoy seguro...

Y es que nadie aguanta ahí en medio...

Yo una vez lo intenté, ¿sabe?

Casi me volví loco ahí dentro.

Casi.

Al final ordené un poco.

Fue en esa época del terremoto.

Justo había terminado y llegó entonces el desplome, me refiero.

Los libros estaban por el suelo y yo también, claro, por otras razones.

¿No sé si me entienden?

Así que bueno… pierda cuidado, como le decía, mientras tanto.

Déjelo ahí dentro.

Además, nada es para siempre, como dicen.

Y él se va a cansar, recuérdelo.

Entonces, él va a volver por usted, tarde o temprano.

Espérelo.

No es absurdo, si lo piensa.

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