viernes, 14 de junio de 2013

Monstruos sobre la cama.


Las cosas han cambiado.

De chico el miedo siempre estaba abajo.

Agazapado.

Oculto en un cajón, tras un mueble… o hasta abajo de la cama.

Y es que podías moverte, entonces, sin verlo.

Esperar el día, la luz, me refiero…

Te creías seguro, así, de cierta forma.

Y claro, si bien el miedo existía, era incapaz de mirarte a la cara, pensabas.

Pero las cosas cambiaron.

Aunque de esto, no nos enteramos del todo.

O no nos enteramos a tiempo, al menos.

Así, resultó que un día descubrí al primer monstruo, sobre la cama.

Un día, claro…

Quizá por eso, no tuve tanto reparo en intentar moverlo.

De hecho, junté fuerzas y empujé hacia los costados.

Pero nada.

Y es que el monstruo no se inmutó y ni siquiera hizo un espacio.

Fue entonces que empecé a fijarme más en la habitación, y en la biblioteca.

Todo estaba repleto de pequeños monstruos.

Monstruos diurnos, me refiero.

Monstruos de esos que antes vivieron escondidos…

Agazapados, como decía en un inicio.

Y claro… pensé entonces en dos opciones:

O el mundo se está volviendo cada vez más oscuro,

O resulta que el sitio de uno, realmente, es debajo de la cama.

Y bueno, no sé si hice lo correcto,
pero preferí esconderme debajo de la cama.

Así me van las cosas…

Escribo a tientas, no pienso mucho.

De noche salgo a ordenar la biblioteca.

(Nada queda muy bien pues no enciendo luces)

Entre los libros, sin embargo, encontré un cuchillo.

Hoy es una de mis pocas posesiones.

2 comentarios:

  1. Si te escondes debajo de la cama, los monstruos te van a robar la biblioteca.

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  2. Me ha gustado mucho mucho eso de descubrir al primer monstruo, sobre la cama.

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