miércoles, 10 de julio de 2013

Un hombre y una cuchara (tonada rumana, traducción).


Un hombre y una cuchara
¡Qué pareja!

Los han visto del brazo
por toda la ciudad
que es pequeña.

Los citó el alcalde,
los llamó el sacerdote,
pero ellos no van a la iglesia.

En vez de eso van al bar
y se gastan la vida
haciendo apuestas.

¡Qué pareja!

Si hasta los vieron en el bosque
hablando a escondidas
con la mujer ciega.

Todo es claro:

Buscan lo prohibido,
cercan lo insano
esa agua los refresca.

¡El pueblo los va a matar
si no escarmientan…!

Ya quemaron el bosque
y el fuego que está en lo alto
ilumina la aldea.

Los niños ven sus sombras.

Los ancianos siguen sus huellas.

Las mujeres ruegan a Dios
y los hombres no se acuestan.

Tres noches han buscado
con antorchas, vino y tormenta.

¡No escaparán esos dos...!
dice el alcalde
y se lamenta.

Nadie sabe, sin embargo, que en el lago,
el hombre y la cuchara
se acuestan.

Él la mira a los ojos
y una imagen se refleja:

Tú me vez colgado, dice el hombre,
eso es siempre lo que queda.

Sale el sol dos veces esa noche
y la luna en el lago
se refleja.

Nada ve el corazón.

Nada ven los ojos.

El fuego llega a la aldea.

El alcalde y el sacerdote.

Los niños y los ancianos.

El fuego y la aldea.

¡Qué parejas…!

Sale el sol dos veces desde entonces.

Pero nadie se da cuenta.

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