sábado, 10 de agosto de 2013

Sensatos y razonables.


-¡¿Qué es lo que dices…?! –dijo ella.

-Digo que te calmes –dijo él-. Que te calmes para decidir con calma y…

-No. Dijiste otra cosa, además.

-¿A qué te refieres?

-A que dijiste esa frase otra vez…

-¿Qué frase?

-Que tenemos que ser sensatos…

-Pues sí, supongo que eso fue lo que dije.

-Sensatos y razonables, dijiste.

-Bueno… sensatos y razonables, ¿qué hay con eso?

-¿No entiendes? ¡Ese es justamente el problema…! Hemos sido siempre demasiado sensatos y razonables…

-…

-Debíamos ser otra cosa, ¿no entiendes…? La vida no es sensata ni razonable… mira a tu alrededor si no… ¡qué mierda de todo esto es sensato y razonable…!

-¿Puedes calmarte un poco?

-Puedo, pero no voy a hacerlo… a mí no vas a callarme como al ratón…

-¿De qué ratón estás hablando?

-Del ratón que oíamos chillar en la casa de antes… ¿te acuerdas? Chilló como tres días y se escuchaba en las cañerías…

-¿Y qué tiene que ver ese ratón con todo esto?

-Que tú quisiste ser sensato y le arrojaste agua hirviendo por la tubería… ¿esa es tu forma de ser sensato?

-¿Y qué más podía hacerse…?

-Dejarlo chillar… eso es lo sensato… Si el ratón o el mundo chilla hay que dejar que chillen…

-De acuerdo, entonces te dejo gritar y espero a que nos durmamos…

-No entiendes nada… ese es tu problema… Si te despiertan un poco te arrancas a dormir… ¿El ratón no te dejaba dormir? ¿Por eso lo mataste…? ¿Por eso nos fuimos de ahí?

-¿De qué estás hablando? Nos fuimos de ahí porque era un edificio viejo…

-¡El mundo también es viejo…! ¡La verdad es vieja…!

-¿Y qué quieres que haga…? ¿Quieres que me ponga a gritar, como tú…?

-No quiero que grites… quiero que chilles… que entiendes que la vida no es sensata y razonable y que yo no tengo por qué serlo…

-¿Y entonces ante un problema simplemente chillamos…? ¿Te olvidas que tenemos un proyecto juntos?

-No lo entiendes… Si los problemas no son sensatos ni razonables la solución tampoco puede serlo… Me has engañado todo el tiempo…

-Pero…

-¡Y no tenemos un proyecto!

-Así veo… un proyecto es demasiado sensato…

-Exacto. Y quiero que te vayas a la mierda.

-De acuerdo…

-Tú y tu sensatez a la mierda.

-¡De acuerdo!

-¡¿Qué es lo que dices…?! –dijo ella.

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