jueves, 19 de septiembre de 2013

Manual del buen torturador. (Fragmentos)

“Habría sido una buena mujer,
si hubiesen apuntado a su cabeza con una escopeta
cada segundo de su vida”
Flannery O´Connor


I.

No importan las preguntas. Es cierto que debes preguntar, pero no importan las preguntas. Tu deber es extraer, simplemente. Recuperar. Despojar al torturado. Quitarle el mundo.

II.

Hazle saber que está en deuda. Que no puede irse sin pagar. Solo tú decides cuándo esa deuda está saldada. No hay negociaciones. Esto no es una transacción. Que no huya antes del tiempo. Recuerda: el que muere paga las deudas.

III.

No dejes que se transforme en víctima. Hazle sentir que él es el victimario. Que su egoísmo no le permite despojarse. Que su apariencia no te engañe. Él no está más solo que el resto de mundo. Apréndelo tú mismo. No lo veas en mala posición. Repítelo frente al espejo. Esto es como el truco de la televisión: solo escuchamos a las víctimas a quienes invitamos a hablar como víctimas.

IV.

Que no te unan lazos con el torturado. Piensa en ellos como en botellas. Todos somos como botellas. Solo hay retornables y desechables. Ninguna está hecha para permanecer contigo. Además, todas van a quebrarse, algún día.

V.

Siempre existe el consuelo moral. No te aflijas. Recuerda que haces lo correcto. Piénsalo como parte de un plan, si quieres. Todos fuimos diseñados de esa forma. Eso es lo único que nos une. Todos podemos destruir. Todos podemos hacer daño. Esas son las únicas tareas que la humanidad puede hacer como absoluto. La creación y el amor marginan, pero todo el mundo puede servir para destruir. Es sencillo.

VI.

No te dejes engañar. Incluso Buda es sensible a la tortura. Nadie es inmune al daño. El corazón se regenera, pero cada vez resiste menos. Investígalo en ti mismo. Sé también el torturado. Recuerda que sabiendo dónde nos duele, podemos luego hacer más daño.

VII.

Haz preguntas hasta que se nieguen a contestar. Hazlo pues esas son, en definitiva, las cosas importantes que debes averiguar. Tú sabes qué tipo de cosas, me refiero. Recuerda que solo bajo tortura son capaces de decirlo.  Y es que ese es el bien que les hacemos, finalmente. No importa el costo. Piensa que esto es algo que podría incluso cambiar la vida, de los que quedan con vida.

4 comentarios:

  1. Alcancé a leerlo con el otro final. Era bonito, pero quedaba diferente. A lo mejor mientras escribo ya volvió.

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  2. Siempre he confundido en el mismo espejo, a torturador y torturado.

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  3. Sera la mejor forma? Las consecuensias son mayores siendo profe..

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