jueves, 17 de octubre de 2013

Quien construye versos como ladrillos.

“Todos los problemas son insolubles.
La esencia de que haya un problema
es que no hay una solución.
Buscar un dato significa no haber un dato.
Pensar es no saber existir”.
F. P.


Quien construye versos como ladrillos
y apila palabras y mezcla significados,
no sabe realmente que el material del lenguaje
no está hecho para edificar nada.

Y es que al igual que ocurre con el agua,
el lenguaje pierde esencia si se estanca
y está hecho más bien para saciar la sed de unos y otros
y para que el corazón se refresque
y recuerde que está vivo.

Con todo, ciertas palabras fijas,
ciertos versos incluso,
quedan a veces como pequeños arroyos
y el movimiento en ellos
asegura la renovación
de aquel agua.

Quizá por eso,
es que el orden de mi biblioteca
no termina por ocurrir nunca,
y todo aquel movimiento se sucede
para despertar mi sed
y asegurar que mi propio lenguaje
tampoco se estanque.

Nada de grandes construcciones.

Nada de frases inmortales.

Además, el problema real
no es edificar, para resguardarnos…
de hecho, eso es algo que,
afortunadamente,
no tiene solución…

El problema aquí es más bien
no dejar de tener sed;
y mantenernos, para esto,
en movimiento nosotros mismos.

Y claro…
quien construye su vida como ladrillos,
y se llena de logros y reconocimientos de importancia,
no sabe realmente que el material de la vida
no está hecho, tampoco, para edificar nada.

Y es que si necesitáramos construcciones,
estas ya vendrían hechas…

¿Y entonces…?

Pues es muy sencillo:

Nada de grandes vidas.

Nada de biografías repletas de bloques
y acciones innecesarias…

En vez de eso,
recuerde usar el lenguaje como medo exclusivo para calmar la sed.

Y utilice su vida como medio exclusivo para llevar esa agua
hacia los otros,
hacia usted
y hacia los que más la necesitan.

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