lunes, 10 de marzo de 2014

Algo es algo, peor es nada.


I.

Piénselo así: nada es eterno.

Dele mejor tiempo al tiempo.

Después de todo, a cada pez le llega su vez.

Y todo se paga en esta vida.

Por lo mismo, no se apure, no ataque.

Acuérdese mejor del dicho:

cuando llueve todos se mojan.


II.

Shhh…. Pa usted es fácil hablar.

Sin penas todas las cosas son buenas.

Yo en cambio, maldigo debajo del higo.

Después de todo, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.


III.

Usted debiese saberlo: bueno es lo bueno, nada más.

Para el resto, como para las verdades, el tiempo.

Di mentiras y sacarás verdad.

Espere entonces un poco:

el que sabe, sabe.


IV.

No me diga na mejor.

Pistola cargá siempre dispara.

El mundo se viene abajo y yo no lo atajo.

Una bala en la cabeza, conserva la entereza.


V.

¿Esa es amenaza?

Mejor no comenzar lo que no se puede acabar.


VI.

Quien mal habla oye peor, mi amigo.

Despacio al pensar y pronto al ejecutar, ese es usté.

Escúcheme bien:

El ojo del cañón mira siempre pa dentro.

Y si el diablo no sale afuera, yo me entro a buscarlo.


VII.

¿Y acaso sabe usté con quien habla y desde dónde?

Quizá trató de duque al que fuera rey.

Duda y acertarás, dicen, pero usted duda y erra.

Su escoba es nueva, pero no barre bien.


VIII.

La vida no me mide por días sino por obras.

Y ordenar la biblioteca cuenta tanto que no cuenta.

Que tus palabras sean dulces por si tienes que tragártelas.

Y es que así es la vida, como la vida, pero no tan fuerte.

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