jueves, 17 de abril de 2014

Los tiempos del cólera.



Mueres tratando de atrapar un loro.

Un ave que repite una palabra mal aprendida.

Es así.

Te escuchas a ti mismo en aquel loro.

Te asusta.

Así, escuchas a tu propio corazón repetir una palabra que te parece única.

Una palabra como un latido.

Un latido como otro, piensas, y sin darte cuenta, adquieres la enfermedad mortal.

Esos son los tiempos del cólera.

El olvido de aquella sabiduría distinta.

Golpear insistentemente un muro donde alguna vez existió una puerta.

Por eso mueres.

Porque olvidas que no hay golpes iguales.

Porque los latidos no son un único latido repetido.

Porque el tiempo de la enfermedad mortal no es el mismo para todos.

Deja mejor que el loro se aleje.

Que construya un nido.

Pierde el miedo a soñar aquella palabra.

No mueras tratando de atrapar al loro.

Es así.

2 comentarios:

  1. Será mejor así. Tanto el loro como quien tiene cólera sufrirán menos...

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  2. "¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo?", le preguntó.
    Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
    "Toda la vida", dijo.

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