jueves, 10 de julio de 2014

Un verdadero genio.



I.

Los niños genios que de igual forma
meten sus dedos al enchufe
deben saber por qué lo hacen.

Más allá de la curiosidad, me refiero,
más allá de la experimentación…

Y es que no hablo acá de una acción única
yo más bien pienso en la segunda vez
o en la tercera…

Conocí a uno, por ejemplo,
que llegó hasta la sexta vez
o la séptima…
¡un verdadero niño genio…!


II.

Los genios que de igual forma
escriben dos veces un texto extraño
deben saber por qué lo hacen.

Más allá de la curiosidad, me refiero,
más allá de la experimentación…

Y es que no hablo acá de una acción única
yo más bien pienso en la segunda vez
o en la tercera…

Conocí a uno, por ejemplo,
que llegó hasta la sexta vez
o la séptima…
¡un verdadero genio…!


III.

Los hombres genios que de igual forma
yerran dos veces en sus pasos
deben saber por qué lo hacen.

Más allá de la curiosidad, me refiero,
más allá de la búsqueda de un sentido…

Y es que no hablo acá de una acción única
yo más bien pienso en la segunda vez
o en la tercera…

Conocí a uno, por ejemplo,
que llegó hasta la quinta vez
o la sexta…
pero justo entonces,
sonriendo,
se le detuvo el corazón.

¡Un verdadero genio…!

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