lunes, 19 de enero de 2015

El tío José llega nadando.


Estamos acampando en el patio de una casa que da a un río.

Entonces, mientras tomábamos café con leche, por la tarde, un tipo llega nadando, por el río y sale al patio de la casa, donde acampábamos.

-Hola –nos dice-. Soy el tío José.

-Hola –dijimos, sorprendidos.

-¿Está la Marta? –preguntó.

Nosotros nos miramos, y le preguntamos quién era.

-Una mujer de lentes, gordita.

-No sé… -le dije-. A nosotros nos atendió una señora bien flaca, que usaba delantal… y que se llama Elisa.

-Esa no es la Marta –nos dijo.

-No po… no es la Marta –comentamos.

Luego le ofrecimos un café.

Él aceptó.

También le ofrecimos una toalla, pues corría un viento helado y ya era tarde, pero él la reusó.

Luego de unos diez minutos de silencio el hombre se volvió a meter al río y siguió nadando.

Nosotros ya estábamos con chaleco, por el frío.

Entonces llegó la señora Elisa con unos panes amasados.

-Vino un señor nadando y preguntó por Marta –le dijimos.

-¿El tío José?

-Sí, eso dijo.

La mujer se quedó en silencio.

Le dijimos que acá estaba usted y tomó un café con nosotros. Pensamos que usted lo había visto, desde la casa.

La mujer siguió en silencio.

-Váyanse mañana temprano –fue lo único que nos dijo.

-Sí, en eso quedamos –dije yo-. Tenemos que irnos de amanecida.

La mujer volvió a su casa.

Nosotros nos quedamos en el patio.

Pasó otro rato.

Mi hijo se fue a dormir a la carpa y yo guardé unas cosas.

Luego leí algunas páginas de un libro.

Mientras entraba a la carpa le pregunto a mi hijo por qué cree que se enojó la señora Elisa.

-Ese hombre estaba ahogado –dice mi hijo, que suele hablar dormido.

Yo lo miro y veo que tiene los ojos cerrados y que se voltea en el saco.

No vale la pena despertarlo.

Escribo el texto.

Ahora voy a despertarlo para que me preste señal de internet, desde su celular.

No le diré, obviamente, qué me dijo.

Debo confesar, por cierto, que tengo escalofríos mientras escribo.

Y es que siento que la Marta, de una forma extraña, está aquí.

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