jueves, 14 de mayo de 2015

Una imagen, casi / La chica que estaciona con los ojos cerrados


I.

Escribes con  los ojos cerrados.

Tecleas, más bien.

Los ojos lloran por un resfrío o quién sabe si por alergia u otro problema similar.

No hay para qué complicarse.

Una narración breve tal vez, de una chica estacionando un auto.

Una imagen, casi.

La imagen de una chica que también cierra los ojos, en el auto.

Desde hace un par de días que me fijo.

Ocurre en el pequeño estacionamiento que hay fuera del colegio en que trabajo.

Aunque claro, es apenas una imagen.

O bueno… tal vez un poco más.

Es la chica que estaciona con los ojos cerrados.


II.

Descubro a la chica una mañana justo mientras estaciona.

Algo me lleva a mirarla, tras el vidrio, totalmente concentrada.

Sus ojos están cerrados y va en reversa y logra ocupar de forma perfecta el pequeño espacio destinado.

Sin abrir los ojos, termina de estacionar el auto hasta tocar suavemente con las ruedas el borde de la acera.

Solo entonces, apaga el motor y abre lentamente los ojos.

Por último, se baja del auto y hace descender también a una chica pequeña, que debe ser su hija.


III.

Ya he visto unas tres veces a la chica que estaciona con los ojos cerrados.

De hecho, debo admitir que la busco en la mañana, mientras trato de poner atención a su maniobra.

Y es que ella sabe exactamente el espacio que ocupa, me digo.

De esta forma, es como si cada mañana observase detenidamente una metáfora que no me interesa descifrar.

Es más puro de esa forma.

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