viernes, 19 de junio de 2015

Similar a la belleza.

“Y llenó su casa de flores
y de detalles
y de aromas de lugares exóticos
que ya no necesitó
volver a salir de ella
en busca de algo
similar a la belleza.”


Nadie te está hablando de belleza.

Nadie es tan cínico hoy en día

Sin embargo, te ofrecen descaradamente sucedáneos.

Te llenaría de ejemplos fácilmente, pero tengo sueño.

Y con el sueño, cuando ya es demasiado, me pongo idiota.

Por lo mismo, basta con mirar alrededor para ver algunas muestras.

Souvenirs, fotografías… ya sabes…

Por suerte, las imitaciones de hoy en día, son bastante buenas.

Así, si decides olvidarlo, puedes contemplar lo similar, sin suscitar problema alguno.

Lo malo de esto, sin embargo,
es dar por hecho la existencia de lo similar
y dejar de poner atención a esas leves diferencias
que terminan por impedir
el posible reconocimiento de aquello que, ciertamente,
es poco más certero, en verdad,
que el mismo sucedáneo.

Pero claro, no se trata aquí, de dar consejo alguno.

A lo más, algo similar a un consejo.

De hecho, ni yo puedo dar más,
y dudo que merezcas algo distinto.

Al respecto, te llenaría de argumentos,
pero resulta que tengo sueño
y ya estoy un poco idiota.

Además, desde un inicio te lo dije,
nadie te está hablando de belleza.

Apenas algo similar a la belleza.

Mira a un costado
y ahórrame el trabajo.

Y es que ese es, más menos,
el referente al que podemos recurrir…

Todo lo demás…

Todo lo demás espera, envejeciendo.

Eso dicen y eso espero.

Los sucedáneos, en tanto..

Etcétera.

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