viernes, 24 de julio de 2015

Trabajar para una incertidumbre.



Creo que es una frase de Pascal.

Esa de trabajar para una incertidumbre.

¡Pobre Pascal…!

No había para qué empecinarse tanto.

Tanta aspereza… tanta desconfianza…

Tata amargura.

No había necesidad de juzgar la vida.

No había necesidad de acusar a la humanidad de ser hipócrita.

Además… ¿cómo se hace para acusar a la humanidad…?

¿A quién se acusa?, me refiero.

Quizá debió quedarse con la matemática, después de todo…

Aceptar la incompleta perfección de la razón, me refiero.

Y es que finalmente, era inútil ponerse a luchar contra las palabras o contra los números…

Todo resultó, igualmente, ser una falsa ventana

Una lucha contra la imperfección que reside hasta en el corazón del hombre.

¡Pobre Pascal…!

Trabajando siempre para una incertidumbre.

Alimentando un fuego con palabras y números y más palabras…

Era imposible no mentir, Pascal.

Imposible no mentirse.

¿Acaso no lo sabes?

No hay nada más real que las matemáticas.

No hay sonido alguno bajo el bullir del lenguaje.

Así, lanzas una falsa piedra a una falsa ventana y nada se quiebra.

Aunque claro… está el cansancio…

Si a veces hasta dan ganas reírse…

Y es que es extraño, ¿no crees?

No tenemos derecho a amar y sin embargo debemos hacerlo.

Trabajar para una incertidumbre, creo que decías.

El agua está hirviendo para nadie.


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