lunes, 27 de julio de 2015

Una bombilla de luz.

“-Cariño, el espectáculo debe continuar.
-¿Por qué? – preguntó.”
K. V.

Una bombilla de luz.

Una huella en algún sitio.

La luna, apenas, tras las nubes.

El ladrido de un perro.

El cordón de un zapato olvidado.

Una herida en el rostro.

El sonido del agua.

Un disparo hacia el cielo.

Otra bombilla de luz.

Un crucifijo de madera.

Un frasco con pastillas.

Una foto en la billetera.

Un juego de mesa incompleto.

Las pilas de un control remoto.

Los planos de una casa en el bosque.

Dos piedras iguales.

Un cuento de Vonnegutt.

Una pulsera con trocitos de metal.

Una sonda que llega a Júpiter.

El refrigerador que entrega cubitos de hielo.

Un perro flotando en el espacio.

El abrelatas al fondo del cajón.

Un ojo mirando en algún sitio.

La última bombilla de luz.

Un ventilador con las aspas volteadas.

La segunda parte del quijote.

Pastillas, perdidas, para la memoria.

El maullido de un gato.

El calor que irradian los muertos.

Un hervidor que no fue enchufado.

La tristeza de una palabra en japonés.

Una composición de Tiersen.

La alarma de un despertador rojo.

La quinta taza de café.

Tres bombillas y dos se quiebran.

Vaya a saber usted, de qué es lo que estoy hablando.

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