viernes, 11 de septiembre de 2015

Una mujer dio a luz en el supermercado.


Una mujer dio a luz en el supermercado.

Justo en el pasillo de las cervezas.

Yo vi el tumulto y lo atribuí al calor.

Luego observé mejor la situación.

La mujer estaba recostada sobre unas ropas y otra la ayudaba.

Al rato llegó un reponedor con un hervidor lleno de agua.

Otras personas estaban cerca y tres o cuatro escolares grababan con su celular.

La mujer tenía la cabeza apoyada sobre una oferta de cerveza artesanal.

No diré la marca pues tal vez desaparezca antes que mis textos alcancen fama.

Yo calculo unos treinta años.

La oferta, por cierto, era especialmente buena.

Además, se trataba de una artesanal negra y sin filtrar.

(A veces le doy toques de pimienta negra…)

Busqué en mis bolsillos y calculé cuántas de esas botellas me alcanzaban.

Justo tres pack si devolvía los ravioles y las frutas.

Eso hice, pero luego me di cuenta que sería un lío sacar los packs.

Me agaché entonces, con cuidado, a buscar las cervezas.

Pelee con varios tipos y hasta me lanzaron garabatos y un golpe.

Para peor, las cervezas estaban tibias.

Mientras caminaba a las cajas escuché el llanto del recién nacido.

Luego se oyeron aplausos.

Nunca supe si fue niño o niña.

No se trata de ser insensible, pero creo en la igualdad de géneros.

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