sábado, 31 de octubre de 2015

Es(t)e también es uno de los rostros de la muerte.


Oigo la historia de un tipo al que le disparan
mientras intentaba pasarse sobre la reja de su casa.

Al parecer andaba sin llaves
y un vecino armado lo confundió con un ladrón.

Murió de inmediato, según dicen,
pues la bala le dio de lleno en el cráneo.

La noticia salió en noticiarios y en pequeños foros
donde hablaban sobre la tenencia legal de armas
y una serie de otras cosas.

El dato que me queda dando vuelta a mí, sin embargo,
es que no ha quedado claramente establecido
(para los abogados)
si el hombre pretendía entrar o salir de su casa
al momento del disparo.

Y es que al parecer
el ataque podía estar menos justificado
en uno de esos casos.

Tecnicismos, digamos,
aunque no sea esa, exactamente,
la palabra.

Me quedo entonces viendo un dibujo
donde aparece representado lo ocurrido.

El vecino defensor y su pistola.

La trayectoria de la bala.

El hombre sobre la reja.

El muerto desplomándose hacia el jardín
de su casa.

Todo está claro y es un esquema sencillo.

Parece un poema de Juan Luis Martínez.

Es(t)e también es uno de los rostros de la muerte, podría llamarse.

Morir sin saber si entras o sales de tu casa, me refiero.

No diferenciar la situación.

Que los otros discutan sobre la tenencia de armas
y el supuesto clima de inseguridad.

A mí la imagen del hombre muerto sobre la reja
me basta y me sobra.

En esa misma situación me quedo, por cierto,
sin saber si voy entrando o saliendo del poema
en este instante.

Dispare usted ahora,
querido lector.

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