viernes, 13 de noviembre de 2015

Bajo esa mirada qué.


I.

-¿Bajo esa mirada qué?

-¿Qué?

-¿Como “qué”?

-Claro, bajo qué mirada…

-No es el punto… es el segundo “qué” el que importa…

-¿Cuál qué?

-¿Cómo?

-¿Cuál segundo qué?

-¿No te acuerdas?

-No.

-Pero…

-Disculpa.

-¿Partimos de nuevo?

-Vale.


II.

-¿Bajo esa mirada qué?

-Nada.

-¿Nada?

-Sí, nada.

-¿Nada qué?

-Lo que tú decías…

-…

-Bajo esa mirada, nada.

-…

-No hay nada.

-Sí entendí.

-¿Y entonces?

-Eso no sirve.

-…

-No es un diálogo.

-¿No es un diálogo?

-No.

-¿Y qué es?

-Otra cosa. No un diálogo.

-¿Y qué hacemos?

-No sé…

-¿Otra vez?

-Vale… otra vez.


III.

-¿Bajo esa mirada qué?

-¿”Bajo esa mirada qué”?

-Sí… O ¿qué hay, bajo esa mirada?

-Pues no sé bien…

-¿No sabes qué hay bajo una mirada?

-Es que supongo que todo…

-¿Todo?

-Sí, supongo que todo, menos la mirada.

-Eso es muy vago.

-Una mirada también es vaga.

-Y lo que hay afuera también.

-¿Todo es vago, entonces?

-…

-Las miradas y lo de fuera… ¿nada deja de ser vago?

-Tú sabes esa respuesta.

-Pero entonces esto tampoco…

-¿Tampoco qué?

-¿Tampoco sería un diálogo?

-¿Tampoco?

-Claro… ya sabes… saber las respuestas de antemano…

-No he dicho eso…

-¿No has dicho lo de saber la respuestas de antemano?

-No. No he dicho lo de no ser un diálogo.

-Tal vez, pero tú mirada…

-¿Mi mirada?

-O sea, no sé bien… tú mirada o bajo tu mirada…

-Es vaga, supongo.

-No.

-¿No?

-Claro que no… y además no es el punto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales