¡Qué genial es James Baxter...!

I.

Quizá es la pelota de playa.

Quizá es el color del pelaje.

Nadie sabe de dónde viene el poder.

Pero todos saben que es genial…

Dilo fuerte para que él lo escuche:

¡Qué genial es James Baxter…!

II.

Ya intentamos la técnica.

Ya intentamos relinchar.

Importamos pelotas de playa.

Y nos clavamos herraduras en los pies.

¡Si hasta a veces sacamos sonrisas…!

Pero no somos James Baxter.

III.

Qué lástima por ti, pues tú tampoco eres James Baxter.

Aunque andes sobre un balón de playa.

Aunque sepas alegrar a los demás.

Pero sin duda no eres James Baxter.

Y es que James Baxter no lee blogs.

¡Qué genial e iletrado es James Baxter…!

IV.

Un día lo vi con un libro.

Pero era un libro de dibujos.

Me lo prestó y no entendí sus colores.

Yo pensé que el libro estaba malo.

Luego lo miré sobre un balón.

Y avancé riendo por sus páginas.

V.

A veces los niños siguen a James Baxter.

Pero él no los lleva a ningún sitio.

No es como Hamelin ni como las drogas duras.

Simplemente los agrupa como un perro pastor.

Y sí, a veces los trasquila…

¡Pero lucen genial trasquilados…!

VI.

Dicen que no se cansa James Baxter.

Yo sé que sí, pero digo mejor lo que otros dicen.

Y es que si nos preocupamos por James Baxter,

No disfrutaremos a James Baxter.

Déjalo que avance y dilo fuerte para que te escuche:

¡Qué genial es James Baxter…!