martes, 9 de febrero de 2016

Pequeños himnos tribales jíbaros (Pueblo shuar).


I.

Arutam, el escudo, viene a ti desde el norte
protege todo lo que has dado a conocer
lo descubierto viene a ser siempre impuro
el corazón y el ojo que están fuera del wakani
ellos ven y aman el mundo equivocado
Arutam no busca la preservación de los errores.


II.

Tsunki lleva hijas en su vientre
una en cada pozo
innumerables en los ríos
nadie conoce al padre de esas hijas
ni por qué nacieron muertas.

Tsunki las lleva día a día
y las observa bailar,
mientras las acaricia dulcemente
con sus manos de agua.

Si las sacara de su vientre
dicen los ancianos
la tristeza de Tsunki
envenenaría a los shuar.

La salud de nuestro pueblo,
agradezcamos,
se debe al engaño
que busca ocultar la muerte
que se arrastra por el cuerpo de la diosa.


III.

Sacas del cráneo
los pensamientos impuros
las falsas esperanzas
las imágenes de dioses soñados
y el falso-oro que anhelaron tus ojos.

Nada queda entonces para el shuar.

Piel reseca,
carne que se pudre,
espíritus que huyen a los bosques.

Ya lo ves:
nada queda para el shuar.

Piel y piedra, te dirán.

Pero esas no son voces
para hacer cantos de vida.

Nada queda para el shuar.

Nada queda.

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