martes, 23 de febrero de 2016

Una técnica asiática.


-Es una técnica asiática –me dijo-. De hecho, tiene un nombre, pero no lo recuerdo…

-¿Una técnica? –dije yo.

-Sí, una técnica para fingir que comes… Desarmas un poco lo que está en el plato… ensucias un poco la servilleta… esparces la comida… de vez en cuando comentas lo sabroso que está y tomas un poco de agua…

-¿Y no masticas?

-No, no es necesario… solo acercas el tenedor o los palillos a la boca de vez en cuando… es como un acuerdo… todos saben que funciona de esa forma…

-¿Quiénes son todos?

-Todos… los comensales, los que atienden el restaurant… es como un acuerdo, ya te dije… el objetivo es otro… digamos que sirve para cumplir con cierta formalidad… generalmente se hace para comenzar a crear un negocio… antes de que exista la suficiente confianza entre los comensales…

-Pues dicho así parece mentira…

-Puede parecerlo, pero no lo es… una vez vi algo en tv sobre eso… era extraño, porque dentro de todo no se veía falso… no me refiero al comer, claro… sino a la conversación… me refiero a que la conversación era seria… puede que hasta sincera… era como un pacto para centrar la atención en las palabras… en la corrección de ellas…

-Hmmm…

-Si lo piensas es como lo contrario de occidente… acá lo que se finge es la conversación… la información que se traspasa… casi siempre son cosas triviales, o datos ya recibidos… también se juega a desmenuzar solo que acá se hace con las palabras en vez de con la comida… A mí me parece hasta algo más sucio…

-¿Lo de acá?

-Sí, lo de acá.

-Pues sí, puede ser…

-…

-…

-¿Pedimos ya…? –preguntó entonces.

-No sé… –le contesté-. Creo que he perdió el apetito.

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