jueves, 3 de marzo de 2016

Mal aliento.


-Oye hueón, no sé bien cómo decírtelo, pero…

-Confianza, compadre, diga no más.

-Es que…

-¿Te gusto?

-No, hueón.

-¿Y entonces?

-Nada especial, hueón… solo que tenís mal aliento.

-¿Mal aliento?

-Si po, compadre. Mal aliento.

-Mal aliento.

-Sí, hueón… Te sale un olor como a mierda.

-Hmmm…

-¿Te enojaste…?

.No… estaba pensando, no más…

-¿En qué?

-En qué igual es mejor tener que no tener.

-¿Qué cosa…? ¿Mal aliento?

-No, hueón. Aliento.

-…

-Si lo piensas es como con el gas licuado.

-Hueles a mierda, compadre, no a gas licuado…

-Me refiero a que el gas licuado que usan en las casas no tiene olor realmente…

-¿No tiene olor?

-No, no tiene… pero al final, para que la gente pueda detectar fácilmente una  fuga de gas, resulta que le agregan ese olor…

-¿Y…?

-Con mi aliento debe ser parecido… tiene ese olor para detectar que está funcionando… y para recordar que estoy vivo…

-¿Pero será necesario que huela a podrido? ¿No podría recordártelo de otra forma?

-El olor está en tu nariz, hueón… en tu cerebro… una vez leí algo así, de Wingarden… decía que si tú sentías un olor, este estaba en ti… tú lo reconocías en función de ti mismo… Y claro, no podías entonces reconocer olores nuevos, sino que todo obedece a una especie de campo de memoria…

-¿Wingarden decía esa hueá?

-Sí… decía algo así, al menos…

-¿O sea que soy yo el que huele a podrido?

-Claro… en algún lugar de ti huele a podrido.

-¿Y mi aliento?

-¿Qué pasa con mi aliento?

-Intento olerlo y no huelo nada.

-…

-¿Querrá decir algo que no le encuentro olor…?

-No sé… tal vez el problema no sea ese…

-¿Y qué sería, entonces?

-Tener liento o no tenerlo, por hueón…

-…

-Eso es lo único de lo que uno debiera preocuparse, a fin de cuentas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales