jueves, 24 de marzo de 2016

Marcos pinta, pero no vende.


Marcos pinta, pero no vende.

Encarga materiales cada dos meses y termina un cuadro a la semana, aproximadamente.

Las pinturas de Marcos, por cierto, son abstractas.

Es decir, tienen figuras (tal vez), pero esas figuras son abstractas.

Una vez, hace dos años, logró montar una sala de exposición, solo con sus pinturas.

Dicha sala, por cierto, recibió numerosas visitas mientras él expuso sus trabajos.

Y es que más allá de la gratuidad de la visita, y de la cercanía de algunos colegios que decidieron visitarla, los visitantes se interesaron genuinamente por la abstracción de las imágenes.

De esta forma, para evitar la actitud que tienen algunos jóvenes al querer averiguar sobre algo, Marcos escribió una breve explicación a un costado de cada cuadro.

Lo hizo a mano, por cierto, uno de esos días en que visitaba de incógnito su propia exposición para ver la reacción del público.

Lamentablemente, la letra de Marcos dejaba mucho que desear y no se lograba entender claramente lo que decían sus palabras.

Ocurrió entonces que un crítico de arte -lo suficientemente famoso como para incidir en la opinión de los demás-, observó las pinturas de Marcos que se encontraban expuestas.

Y claro, ocurrió también que el crítico se fijó en los papeles que estaban a un costado de cada cuadro, considerándolos como parte integral de cada uno de ellos.

Fue así que la crítica, que no escatimó en elogios desde ese instante, habló de Marcos como un pintor vanguardista de gran futuro a nivel nacional e internacional.

Así, finalmente, Marcos imprimió y pegó copias de esa crítica a un costado de cada uno de sus cuadros y aprovechó la oportunidad para subir un 200% los precios que en principio había calculado, de existir algún interesado.

De esta forma, dos semanas después, Marcos hizo los balances y comprobó que no logró vender ninguno de sus cuadros.

De hecho,no había existido consulta alguna, referida a los precios de sus obras.

Actualmente, como decía en un inicio, Marcos sigue pintando un cuadro a la semana, aproximadamente y todavía no vende ninguno de ellos.

Cuando le preguntan para qué pinta, por cierto, Marcos escribe su respuesta en un papel y se lo entrega al interesado, aunque con letra poco clara.

Así, tanto su vida como sus cuadros comparten una pequeña abstracción difícil de ser comprendida por quienes se interesan.

Creo que ya comenté, sin embargo, que de vez en cuando pueden apreciarse algunas figuras en medio de esa abstracción.

Quienes se preocupan sinceramente por él, fijan siempre su atención, en dichas figuras.

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