lunes, 16 de mayo de 2016

La suerte de Lot.


A diferencia de lo que se cree Lot no es valiente.

Lo que ocurre simplemente es que Lot arranca hacia adelante.

Y claro: Lot tiene suerte.

Y esa suerte se desglosa en varios ámbitos.

Buena esposa, buenos animales, buenas hijas, por ejemplo.

Incluso buenos parientes y buenos contactos.

Así, tras ser hecho prisionero, es rescatado por Abraham, su tío.

Luego, tras un dato que le llevan unos ángeles, logra arrancar de Sodoma.

La ciudad está en llamas.

Su esposa se convierte en sal por mirar hacia atrás.

Sus hijas van con él.

Lot se salva porque ese día amanece con Tortícolis.

¡Qué suerte la de Lot…!

Además su esposa no era tan buena que digamos.

Y los animales arrancan por otra ruta hasta ponerse a salvo.

Lot entonces se refugia en una cueva.

Sus hijas, -como corresponde-, lo emborrachan.

Y excediéndose un tanto –hay que reconocerlo-, ambas quedan embarazadas.

¡Qué suerte la de Lot…!

Si nacieron robustos, sanos y varones.

Y hasta un pueblo propio llega a tener cada uno.

¡Esa sí que es suerte!

¡Juégate un Loto, Lot…!

O un lote de lotos, y patentamos el trabalenguas, de paso.

¡Estoy seguro que hasta hacemos dinero…!

Un lote de dinero, estoy seguro.

Arranquemos entonces, en esa dirección.

(El dinero es tuyo)

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