miércoles, 1 de junio de 2016

Una bestia que decora su jaula.


De eso se trata.

La abuela y su olor a vieja.

La madera podrida.

La mermelada que lleva meses en su frasco.


De eso se trata.

De escuchar historias.

De ir a comprar pan todos los días.

De ordenar pastillas, sobre la mesa.


De eso se trata.

De organizar los gastos.

De esperar el llamado de los hijos.

De comprarse coca cola una vez a la semana.


De eso se trata.

De ordenar las fotos que guardas en el velador.

De juntar agua para emergencias.

De esperar el informe del tiempo, antes de irse a la cama.


De eso se trata.

De marcar en el calendario las horas médicas.

De guardar restos de comida en potes de plástico.

De comprar un hervidor eléctrico, que estaba en promoción.


Lamentablemente, siempre hay algo que viene a cortar caminos.

Una visita que no llegó.

Un vuelto mal dado al comprar el pan.

Un pronóstico del tiempo no escuchado.


Y claro, es entonces cuando aparece la bestia.

Y se le escucha resoplar en algún sitio.

Y extrañamente no tienes miedo.

Y el sonido transforma las pastillas, en monedas sin valor.


De eso se trata.

De tragar un puñado de monedas.

De esparcir la mermelada sobre las paredes.

Y de guardar, por costumbre, el frasco en el refrigerador.

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