Soñar tantas veces.

-Lo soñé tanta veces… preparé tanto ese día que digamos que me excedí en el tiempo…

-­No te entiendo… ¿qué tiempo?

-El de preparación, no sé… cualquier tiempo, en el fondo… Supongo que es el mismo… El punto aquí es que me excedí soñando… Tanto que cuando salí del sueño el día que soñaba ya había terminado…

-¿Un día? ¿Qué día…?

-No importa el día… Tal vez lo dije mal… El que había soñado, digamos… Cientos de veces lo había vivido en el sueño, pero después nada… Igualito que Emma Zunz…

-¿Emma…? ¿Qué Emma?

-Cualquier Emma… Hablo de más, a veces… Igual que una Emma que sueña y planifica y luego ocurre otra cosa… La vida, digamos… Otra vida… Eso es lo que ocurre…

-¿Y eso es malo?

-¿Otra vida en vez de la vida…? No sé… Malo porque se planificó otra cosa, tal vez… Aunque claro, si lo que sueñas luego se realiza, es como seguir soñando, supongo… Ejecutar… Actuar la obra que se escribió en el sueño…

-¿Y que ocurra otra cosa no es mejor entonces? ¿Acaso no es morir un poco actuar lo que se sueña?

-¿Me preguntas si es morir, vivir lo que se sueña? ¿Adornar un muerto…?

-No sé… No tan tajante, tal vez…

-De todas formas puede ser… Pude que tengas razón… Y si la tienes la otra vida es en realidad la vida a secas, y todo está bien…

-¿Y acaso no es mejor que todo esté bien?

-¿Que todo esté bien aunque esté mal…?

-Sí… ¿No es mejor que todo esté bien aunque no sea lo que se soñó?

-…

-…

-¿Te acuerdas cómo termina Emma Zunz?