domingo, 21 de agosto de 2016

Uno ve lo que quiere ver.


-Ayer me pasó algo súper raro –me dijo.

-¿Qué? –le pregunté.

-Acompañé a Patricia a que retirara sus nuevos lentes…

-Eso no es raro.

-No, no lo es. Pero no he terminado.

-Disculpa. ¿Qué más, entonces?

-Es que ocurrió que tras llegar al local y mientras ella pagaba los lentes yo me los puse…

-Pues eso tampoco es raro.

 -No hueón, no es raro, pero no he terminado.

-Ok. Disculpa de nuevo. Sigue no más…

-El punto es que me los puse, me miré en el espejo, y hasta vi esos cuadros con letras de distintos tamaños… o sea, vi las letras de todos los tamaños, hasta las más chicas…

-¿Y?

-Y eso… que veía clarito con los lentes de Patricia…

-¿Y eso es lo raro?

-Claro po, hueón… O sea, yo veo bien y Patricia no ve una mierda… Sus lentes tenían un montón de aumento y sin embargo, al ponérmelos, veía clarito…

-Entonces quiere decir que también tú tienes mala la visión.

-No po, hueón, eso fue más raro todavía, pues al sacarme los lentes, también era capaz de ver todas las letras…

-¿Pero estás seguro? Para mí que estás medio ciego…

-No, hueón, si veo bien…

-Mira, ¿cuántos dedos ves?

-Me estás mostrando un florero, hueón.

-Ah. Bueno. Pero, ¿cuántas flores hay en el florero?

-No hay ninguna hueón… si veo bien… además no he terminado la historia…

-Ya, sigue no más.

-Pues eso, lo que te decía… y como me pareció raro, le dije a Patricia se pusiera ella los lentes y me dijera cómo veía…

-¿Y?

-Te estoy contando po, hueón, no me interrumpas…

-Ya.

-El caso es que ella se los puso y dijo que veía mal… Se paró frente al espejo, intentó leer el cuadro ese de las letras y no lograba ver casi nada…

-¿Y alegó en la tienda?

-Claro… pero como había pasado varios días sin lentes le dijeron que iba a tardar unas horas en acostumbrarse… y que si luego de eso tenía problemas, fuera hacia allá y se los mandaban a hacer de nuevo sin problemas…

-¿Y supiste si después le sirvieron más?

-En realidad no… estuvimos juntos como una hora más, pero seguía viendo mal…

-¿Esa es toda la historia?

-Pues sí, más o menos…

-Puta la hueá fome.

-No te dije que era entretenida, te dije que era rara.

-¿Y qué es lo raro, hueón? ¿O acaso creís que intercambiaste los ojos con la Patricia?

-No, hueón, pero cómo chucha te explicai que yo viera bien con sus lentes y ella viera mal.

-Uno ve lo que quiere ver, hueón.

-¿Y eso qué quiere decir?

-Que uno ve lo que quiere ver, hueón.

-Mejor no te cuento ni una hueá más...

-Mejor po, hueón… además si pasó lo que yo creo la historia es todavía más hueona.

-¿Por qué…? ¿Qué creís que pasó…?

-No te voy a decir… Además ahí sí que terminaría de cagar la entrada…

-¿Qué entrada?

-La entrada de un blog, lo que pasa es que voy a escribir esta hueá.

-¿Por qué?

-No sé… Ya ni sé, en realidad… Porque es la consigna, supongo.

-¿La consigna?

-Sí… ¿nunca leíste a Saint Exupery?

-No. Parce que no.

-Pues eso. Te pones los lentes de la Patricia y lo lees. Luego buscas al farolero.

-Oye, y en la entrada… ¿cómo vas a hacer para ponerle un final decente, al menos?

-Pues no lo he pensado… nunca lo pienso, en realidad…

-¿Pero crees que tendrá un final pasable?

-Sí… En realidad yo creo que sí.

-¿Y por qué crees que sí?

-¿De verdad quieres que te diga?

-Claro. De verdad.

-Pues simplemente por esto: porque soy un genio.

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