miércoles, 14 de septiembre de 2016

Solo los fuertes sobreviven.


I.

Hay que aceptarlo.

El dicho es cierto.

Solo los fuertes sobreviven.

Por lo mismo, escojo entre los muertos, a quienes amar.

Los vivos no me necesitan.

Y es que mi amor no es esencial, para ellos.

Ellos son fuertes y resisten.

Pueden valérselas solos, digamos.

Yo les sirvo muy poquito.


II.

Los muertos en cambio… ¡qué belleza!

Me acerco a la Nemirovski.

A la O´Connor, a Mc Cullers, a Lispector.

Lo poco que tengo va hacia ellos.

Me acerco a Sarduy, a Foster Wallace.

Si hasta el corazón se agita cuando pienso en Kazantzakis.

Intento comprender, digamos.

Intento estar cerca si necesitan a alguien.

Puedo escuchar, incluso.

Puedo intentar creer, si quieren.

Endo, Kawabata, Mishima.

Eluard, Pessoa, la Dickinson.

Steinbeck, Faulkner, Dos Pasos.

No saben cómo salta el corazón solo con nombrarlos.

No puedo dejar de ir hacia ellos si queda algo para dar.

Ni siquiera quedo tranquilo si los dejo de nombrar.

Pero la intranquilidad es buena para saber que estamos vivos, sin necesidad de usar la fuerza.


III.

Los fuertes no me necesitan.

Ni los alumnos que aprenden solos.

Ni los colegios perfectos.

Ni las mujeres bien amadas.

Tampoco me necesitan los perros con hogar.

No me necesitan los satisfechos.

Ni los que se niegan a reconocer que tienen hambre.

Yo extiendo los brazos para quien crea que va a caer.

Para quien crea que no se puede.

Para quien sienta que no existe bondad.

No son brazos tan fuertes, pero están.

Si van a caer de verdad pueden sujetarse, con confianza.


IV.

Son lindos los muertos.

Derechitos en sus cajas, casi todos.

Con sus hijos dando vueltas por el mundo.

Son lindos porque ya no es culpa de ellos.

Porque pueden descansar.

Porque tomamos el relevo o vamos a tomarlo.

Y porque nos preparamos para ello.


V.

Hay que aceptarlo, decía.

El dicho es cierto.

Solo los fuertes sobreviven.

¿Pero saben…?

¡Sobrevivir es tan pobre si es en uno mismo…!

¡Tan pobre si es para nosotros mismos!

Y es que también debiesen existir de esos dichos, de vez en cuando.

Supongo que ese es el sentido, de todo esto.

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