viernes, 21 de octubre de 2016

Notas (parece que una se repite)


I.

En las distintas versiones de Pinocho para niños -la de Disney por ejemplo-, Gepeto reza para poder tener un hijo. En la versión original, en cambio, Gepeto se hace cargo de sus deseos y se dedica a construirlo, directamente.

No conozco todavía una versión en que sean compatibles ambas cosas.


II.

Fui hasta donde trabajaba Radrigán, una vez.

Lo vi ensayar y corregir sus textos a partir del trabajo con sus actores.

Y claro, hubo algo que me impresionó en todo aquello.

A tal punto me impresionó que llegué a sentir vergüenza.

De hecho cuando me acuerdo, todavía me vuelve la vergüenza.


III.

Lo hermoso de vivir bajo tierra –dice el protagonista de una novela soviética de ciencia ficción-, es que tenemos que construirnos nuestro propio sol, nuestra propia luna, y hasta nuestras propias estrellas.


IV.

¿Ves a ese tipo de allá?

Pues te cuento que ese tipo ronca, pero no duerme.

Me encontré con él en el doctor, el otro día, y me contó.

Estaba desesperado.

Si incluso cuando sueña, no duerme.

El doctor le dijo que iba a morir joven, a menos que durmiera más.

Sumando y restando, sin embargo, al final es casi lo mismo.


V.

En las distintas versiones de Pinocho para niños -la de Disney por ejemplo-, Gepeto reza para poder tener un hijo. En la versión original, en cambio, Gepeto se hace cargo de sus deseos y se dedica a construirlo, directamente.

No conozco todavía una versión en que sean compatibles ambas cosas.

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