sábado, 5 de noviembre de 2016

Sobrevivientes.

“Hubo siempre una mejor razón
para matarlos
que para rescatarlos”.
D. T.

No es mérito tuyo.

Sobrevivir no es mérito, te digo.

Apenas un retraso.

Ni siquiera es pausa.

Tanto ruido, si lo piensas, por nada.

Habría que revelarse contra esto.

Habría que hacer algo.

Partir de nuevo, tal vez.

Corregir cosas…

A veces pienso todo eso.

Pero claro, hasta las ideas pueden ser sobrevivientes.

Y entonces algo se  revela.

Algo que no quiere que sobrevivan más que nosotros mismos.

Algo en nosotros, me refiero.

Y nada hacemos.

En tanto, aplaudimos a la señora Ana.

O le cantamos al señor Antonio.

¡Si hasta a Doña Marta festejamos y eso que está en coma…!

¿No se entiende?

Pues habría que revelarse contra aquello.

En cambio, gastamos nuestra vida buscando aplazamientos.

Y decimos sobrevivir, entonces, como si eso fuera todo.

Como si fuese vida, amor, humanidad, y todas esas cosas que supuestamente eran el centro de todo esto.

Por eso no es mérito.

Porque sobrevivir es aguantar un poco más la respiración bajo el agua.

Extirpar parte del tumor.

Maquillar un muerto.

Y claro, ocurre entonces que ignoramos placeres.

Verdades, incluso, ignoramos.

Y agradecemos, confusos, aquello que no nos ha sido dado.

Por eso no es mérito, te digo.

Sobrevivir no es mérito.

El que tenga oídos, que oiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales