viernes, 16 de diciembre de 2016

La chica de la esquina tuvo un hijo.


La chica de la esquina tuvo un hijo.

Nunca antes me di cuenta, pero hoy la vi en el almacén, mientras lo cargaba.

El niño es morenito y muy tranquilo.

Hoy estuvo durmiendo todo el tiempo, mientras ella compraba.

Pregunté su nombre, pero ya lo olvidé.

Extrañamente recuerdo que ella compró cuatro panes y una mermelada de naranja.

Para ayudarle un poco le pedí cargar al niño.

Ella me lo entregó.

El niño seguía durmiendo, aunque se mostró algo inquieto.

Me refiero a que estiró el cuerpo y trató de acomodarse.

Luego volvió a la tranquilidad habitual.

Ella pagó las compras y yo me ofrecí acompañarla hasta su casa.

Cargando al niño, por supuesto.

Entonces ella habló del futbol, series de tv y esas cosas.

Llegamos a su casa y ella entró para dejar las cosas.

Luego volvió por el niño.

Como no me iba me preguntó si quería acompañarla un rato.

Iba a dejar al niño en la cuna y luego conversamos, me dijo.

De vuelta comentó que tenía poco tiempo y que estaba sola.

Me aclaró que si quería tener sexo no tenía que contarle a nadie y que lo hiciéramos ahí mismo, en la cocina.

Yo le dije que no había ido ahí por ese motivo.

Ella no me creyó, aunque era cierto.

Todos quieren eso, me dijo.

Finalmente, no recuerdo si lo hicimos, pero tengo en la memoria, al menos, la mermelada de naranja.

También recuerdo que el niño, a todo esto, comenzó a llorar justo cuando yo me iba.

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