martes, 20 de diciembre de 2016

La vida como una compra en el supermercado.


I.

Al ingreso te saludan.

Te dicen buenos días.

Sonríen incluso,
pero recalcan que te observan.

Tú no entras con listas.

No sabes a que vas.

Entonces observas, inquieto,
antes de avanzar.

El mundo está atiborrado de cosas, observas.

Y cada cosa tiene un precio.


II.

Mientras caminas encuentras muestras gratis.

En todos los pasillos
encuentras muestras gratis.

Muestras de café, de embutidos, de cereales,
de quesos, de bebidas, de pasteles,
incluso muestras de comida congelada
y quitamanchas.

Todo ofrecido, claro está,
por personas correctas y amables.

Cientos de productos en bandejas
que se extienden frente a ti
perfectamente presentadas.

Tú, en tanto,
avanzas y consumes.

Parece fácil vivir así.

Nadie vive, sin embargo, en base a muestras.


III.

Por lo general llevas un carro.

Descubres que lo llevas, me refiero.

A veces no recuerdas, incluso,
cuándo lo tomaste.

De vez en cuando se traba, es cierto,
pero no deja por eso de ser bueno.

Caben muchas cosas, además.

A veces hasta un niño cabe dentro,
que pide también otros productos.

Y claro,
tú los compras porque no sabes en el fondo
quién es él,
y te recuerda vagamente
a alguien olvidado.


IV.

Es extraño el tiempo,
en los supermercados.

Y es que nunca sabes cuánto pasa.

No es que los disfrutes, o los sufras.

Se trata simplemente que es extraño.

De pronto el niño del carro ya no está.

De pronto vas lento
y te detienes por cansancio.

Entonces intentas regresar
a pasillos anteriores,
pero descubres que no puedes.

Y es que no sufres, decía,
pero de vez en cuando
te descubres llorando.


V.

No es una metáfora.

Y es que la vida es, ciertamente,
una compra en el supermercado.

No te das cuenta hasta el final, eso sí,
o hasta poco antes.

Por lo mismo,
en el último pasillo no te sorprendas
si no hay ataúdes ni frases prefabricadas que hablen
sobre lo bueno que fuiste.

De eso se encargan los otros.

Los que vienen atrás.

Tú simplemente sabrás que llegaste,
cuando llegues.

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