martes, 13 de diciembre de 2016

Un rostro sobre un rostro.

“Flectere si jequo superos,
acheronta movebo”

I.

Un rostro sobre un rostro.

Luego os quejáis.

Hurgáis en el nuevo hasta forzarlo.

No paráis hasta el hueso.


II.

Nunca sois vosotros mismos.

No lo sois hasta que os arrancan la piel.

Entonces no gritáis de dolor si no porque creéis ser más que aquello.

Luego gritáis y hasta sois menos que el grito.

Eso es lo que ocurre.


III.

No encontrasteis luz en la luz.

No os quemasteis vuestras manos en el fuego.

Era falso aquello como todo lo que os dijeron:

La ciudad aquella no se redujo a cenizas.

Esas ciudades no están en las sombras.


IV.

Vuestras uñas dejaron de crecer.

El silencio perdió el filo y os acostumbrasteis a aquello.

Jugasteis a oscuras y errasteis jugadas.

Vuestros sueños también se detuvieron.

Nadie os vino a visitar.

Y no os enterraron hasta décadas después
de vuestras muertes.


V.

Un rostro sobre un rostro.

Edificasteis vuestras vidas sobre vidas tachadas.

Construisteis ciudades donde ya había ciudades.

Ruinas sobre ruinas, construisteis.

Sin embargo, el problema nunca fue aquello realmente.

Pasó simplemente que os quejasteis demasiado.

La vida se hartó de vosotros.

Fuisteis expulsados por tibios.

Un rostro sobre un rostro, construisteis.

Nada más construisteis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales