jueves, 15 de diciembre de 2016

Unas viñetas.


Ciudad Gótica.

Noche sin luna.

Batman ve a una anciana ser asaltada.

En un callejón, por un par de tipos, nada del otro mundo.

Tironean su bolso.

Le arrancan una cadena.

Batman observa, desde lo alto de una muralla, a la anciana siendo asaltada.

Pasan unos segundos.

Batman no hace nada por salvarla.

Y es que recuperar sus cosas (piensa Batman) no es lo mismo que salvarla.

La vieja grita por ayuda, pero los chicos ya van lejos.

Batman la observa hasta que ella deja de gritar.

Luego ella vuelve a caminar hacia su casa.

Batman se acomoda sobre la muralla.

Se le durmió un pie, y él lo mira.

Hormiguea el pie, dentro de la bota.

Nada de esto sirve, piensa Batman.

Nada cambia nada.

Pasa un perro, bajo la muralla.

Suena una sirena.

Hasta acá llegamos, dice Batman.

No podía ser salvada.

Batman quiere irse, pero no se mueve.

Aparece siempre igual, en las viñetas.

Siempre igual, aunque cada vez más lejos.

Los que asaltaron a la anciana vacían el bolso.

Prácticamente está vacío.

En una billetera vieja documentos gastados.

No hay siquiera una foto.

Un par de billetes, rescatan.

Todo el resto se va al piso.

Ahora se muestran otras calles.

Colillas en el suelo.

Una señalética, caída, de niños jugando.

Se ve a la anciana que fue asaltada, entrando a un callejón.

Entonces ella, junto a una puerta, patea un gato.

Luego abre a puerta.

El gato la observa, unos metros más atrás.

Una penúltima viñeta vuelve a mostrar el cielo, sin luna.

Nadie observa Ciudad Gótica.

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