miércoles, 15 de febrero de 2017

Formas de ocupar espacio: Humanizar el mundo.

"No habrá ceremonia,
para el perro muerto del Fuhrer"
W. K.

I.

Hay formas y formas de ocupar el espacio.

Formas nuevas, incluso, aunque no sean necesarias.

Pretender humanizar el mundo es, por ejemplo, una de esas formas.

Humanizar el mundo significa, por cierto, sentirnos cada día más dueños de él.

Si tiene usted otro significado le ruego dejarlo, al menos por el momento, de lado.

Y es que en lo que sigue, me gustaría centrarme exclusivamente en esta forma.

Solo serán tres observaciones así que no quitarán mucho tiempo.

A continuación se presentan, sin más preámbulos.


II.

Hacer humano el mundo es hacerlo menos mundo.

Y es que hacerlo propio es robárselo a sí mismo.

Ocupar el espacio entonces y enterrar banderas.

Y hasta enterrar los hombres muertos como banderas desgarradas.


III.

Digan lo que quieran, pero la sangre no ocupa espacio.

Se esparce en la tierra y no queda rastro alguno.

Humanizar el mundo es entonces darle un valor imaginario a la sangre.

Un valor inexistente al trabajo, al dinero y hasta a la idea de Dios.


IV.

Humanizar el mundo es intentar guardar el aire en botellas.

La vida en células.

La energía en celdas de metal.

Humanizar el mundo es entonces creer que el mundo entiende nuestras palabras.

Y hasta es creer que nacimos para ser nosotros mismos.


V.

No tengo más observaciones respecto a esa primera forma de ocupar espacio.

Feliz sea el que olvida, aquello que le causa dolor o remordimientos.

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