miércoles, 8 de febrero de 2017

Telépata y tartamuda.

Tengo una amiga que es telépata. Ella vive cerca de mi casa y yo la escucho hablar. Lo chistoso es que en persona ella habla de lo más bien, pero cuando es telépata se pone tartamuda. Y eso, por supuesto, me da risa. De hecho, así fue como descubrió que habla conmigo. Un día me reí y ella supo que su poder telepático funciona. Entonces le dio como vergüenza y hasta creyó que estaba loca, pero intenté aclararle que no. Entonces, le confesé que yo también tenía un poco de poderes telepáticos y que la escuchaba hace varias noches. No nos dimos nuestra dirección exacta, pero ambos, al parecer, vivimos muy cerca. Ninguno de los dos, eso sí, sabe quién es el otro, en persona. Cuando empezamos a hablar, lo primero que ella hizo fue explicarme que solo era tartamuda al usar la telepatía. Se demoró como diez minutos en decirme eso. Yo sonrío mientras me habla así como cuando estaba enamorado y hablaba por Skype, acariciando la pantalla. Y claro, me siento medio tonto. Si hasta el corazón me late con el ritmo en que ella habla. La otra vez, por ejemplo, ella intentó cantar una canción de Sabina y  me dio ataque de risa y me lloraban los ojos. Lo único que me da miedo es que una de sus manías es dejar las cosas a medias, igual que yo. Y no sé por qué, pero no puedo dejar de pensar en ella, mientras riego mis plantas.

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