sábado, 10 de junio de 2017

Cuerda para hacer nudos.


En el colegio les piden cuerda para aprender a hacer nudos.

Cada uno con sus nombres y formas de realizar.

A veces, en esas clases, los chicos aprietan tanto los nudos que luego no se pueden deshacer.

Por lo mismo, se llena la basura, esos días, con trozos de cuerda anudada.

Así, acumulada la basura, las ratas roen las cuerdas y hasta se comen los nudos, sin más.

Un vagabundo intenta comer entonces una de esas ratas y se encuentra un nudo intacto.

Lo guarda en una caja de fósforos como una importante señal.

Con el tiempo cuenta su hallazgo a otros y ellos lo toman por santo.

La voz se corre y pronto es el centro de una nueva religión.

Sus seguidores hacen figuras con cuerdas y anuncian la llegada de un nuevo mesías.

Un mesías sin padre, que viene a atar y desatar el corazón de cada hombre.

Eso dice al menos el folleto que comienzan a entregar.

Tal vez imprimen demasiados pues varios quedan abandonados por las calles.

En el folleto puede apreciarse la imagen de una caja de fósforos con un nudo dentro.

Una reproducción, digamos, de lo que ocurrió en realidad.

Todo en la ciudad, sin embargo, apenas cambia.

En el colegio, por ejemplo, a los niños les piden cuerda para aprender a hacer nudos.

Dicen que hay más ratas, cada año, en la ciudad.

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