lunes, 19 de junio de 2017

(Mis libros no saben que yo existo)


Vivir entre los árboles.

Contar hasta dieciocho sin pensar.

Buscar oro al interior de un río.


Nadar cerca de una ballena.

Ver una isla desaparecer en el mar.

Seguir un pequeño planeta, en su órbita lejana.


Abrazar con afecto a la Nothomb.

Construir un puente entre lugares que no he estado.

Tener mi corazón entre mis manos.


Caminar hacia atrás en las mañanas.

Reír por un chiste que no entiendes.

Mirar el mundo desde fuera.



No saber nada de la vida.

No tener dinero en los bolsillos.

No tener fotos, ni memoria.


No esperar en las salas de espera.

No apuntar con el dedo hacia los muertos.

No rasgar tu carne ni tu espíritu.


No tener miedo a los gusanos.

No poner alarmas ni relojes.

No distinguir a quien ama del que odia.


No cambiar de piel.

No echar raíces.

No nombrar a Dios en vano.



Conocer el rostro de un insecto.

Aprender a hacer pan sin levadura.

Comprender la vida de las plantas.


Entender el sonido del viento.

Aprender a curar a los pájaros.

Descubrir los propios sentimientos.


Distinguir el agua pura de la impura.

Reconocer señales de la lluvia.

Saber qué piedras hay debajo de las piedras.


(Mis libros no saben que yo existo)

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