lunes, 2 de octubre de 2017

El adelantado.


Cuando intentó despertarse, esa mañana,
descubrió que ya estaba despierto y sentado en su cama.

Se sorprendió en un inicio,
aunque luego sintió que la sorpresa, incluso,
había llegado tarde.

Fue entonces a ponerse sus zapatos,
pero encontró que sus pes ya estaban dentro.

Y es que todo parecía estar, esa mañana,
ligeramente adelantado, y en su sitio.

Por ejemplo, cuando quiso ir a la cocina,
no tuve que dar un paso,
pues ya estaba en la cocina.

O cuando sintió deseos de ir al baño,
se encontró aliviado de inmediato
y hasta lavándose las manos.

De esta forma todo,
fue ocurriendo así durante el día.

Cuando vio venir el metro,
por ejemplo,
observó que ya estaba subiendo al vagón.

O cuando ingresó al trabajo,
pues descubrió que ya había avanzado
en algunas labores.

Horas después (o casi),
ya de regreso en casa,
mientras abría una cerveza,
percibió el sabor amargo en la boca
y hasta al caminar
sintió de prontoun poco de mareo.

Quiso comprender,
pero la comprensión ya estaba,
y claro,
intentar comprender lo ya comprendido
produce por lo general
sensaciones equívocas
y hasta promueve
la pérdida de sentido.

Así –un tanto desorientado-,
intentó entonces dejar la mente en blanco
y propiciar un silencio
de voces y acciones…
Apenas lo hizo sin embargo
descubrió la presencia de una voz
que dijo claramente un nombre
que él ya había olvidado.

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