sábado, 7 de octubre de 2017

Un chiste a medio terminar.


I.

Llega un hombre vestido de blanco a un bar.

Ingresa apenas al lugar.

Solo un par de pasos.

Yo estoy sentado en la barra y lo observo llegar.

Entonces el barman le pregunta qué es lo que va a tomar.

El hombre se demora en contestar y simplemente permanece en pie, a un par de pasos de la entrada.

Tras otro  minuto así se decide a hablar:

Disculpe –dice-, es  que soy parte de un chiste que alguien contaba, pero parece que ese alguien lo ha olvidado.

Lo anterior ha sido dicho con un volumen de voz bajo, como si hablase casi para él mismo.

El barman ni siquiera lo escucha.

Yo sí, pues estaba sentado cerca de la entrada.


II.

Como el hombre no parece peligroso y la situación podría volverse tensa me acerco hasta él y le digo que se siente.

No se resiste, simplemente parece triste.

Así, finalmente se sienta en la mesa en que yo estaba.

De hecho, le pido una cerveza.

Es muy amable –me dice-, ¿a qué chiste pertenecía usted?

Yo no respondo, pero él vuelve a hacer la pregunta.

Entonces le confieso que no recuerdo.

Que nadie aquí recuerda nada del lugar donde venimos.


III.

¿Y qué hay que hacer aquí?, pregunta el hombre de blanco mientras toma la cerveza.

¿En el bar?, pregunto yo.

En general, me aclara. ¿Qué hay que hacer una vez olvidado el chiste?

Yo le digo que casi todos hacemos lo mismo.

Trabajar, comer, beber, comprar cosas…, le digo.

Y claro, para que pase la mala noticia le compro otra cerveza.


IV.

Minutos después el hombre parece somnoliento.

Se le cierran los ojos y ha dejado de mirar el entorno y preguntarme cosas.

El barman me hace un gesto con sus manos preguntándome si todo está bien.

Yo le digo que sí con otro gesto.

Poco después llegan al bar dos hombres vestidos de negro.


V.

Tras buscar en el bar, se acercan hasta mi mesa.

Disculpe, me dicen, ojalá no le haya causado molestias.

No se preocupen, digo yo.

El hombre de blanco mira a los hombres, todavía somnoliento.

Poco antes que se lo lleven me dice que tenga cuidado, que todavía estamos en el chiste.

Yo le hago un gesto afirmativo, de comprensión.

Luego pido otra cerveza.

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