martes, 28 de noviembre de 2017

Una teoría sobre el futuro.


I.

Recuerdo que en una entrevista de trabajo, ya hace varios años, me preguntaron si tenía alguna teoría sobre el futuro.

No sé a qué apuntaba la pregunta ni tampoco quise aclararlo en ese entonces, pero lo cierto es que me descolocó el no comprender de forma concreta qué se me preguntaba.

De todas formas respondí, en ese entonces, alguna idea vaga que me ayudó a salir del paso y parecer interesante.

Una idea sin carne, digamos, pero bien construida.

Una semana después llamaron para decirme que tenía el trabajo, pero finalmente no lo acepté, por una serie de razones que no vienen al caso.

Esto es aproximadamente la mitad de lo que hoy quiero decir.


II.

Demócrito decía que la única verdad son los átomos y el vacío.

Yo en cambio, creo que ni en ellos hay verdad.

Y es que la única verdad posible -si me preguntan-, tendría forma de diluvio.

Lamentablemente, resulta improbable que un diluvio, llegue a esta generación.

Así, mientras eso no ocurra, toda teoría del futuro será tan triste como falsa.

Y toda historia o mensaje que intentemos, ha de quedar siempre sin final.

Carne sin ideas, digamos, aunque carne viva.

Un cuerpo que se desvanece y palabras que se desploman en el piso blanco de una hoja.

Esto es aproximadamente la mitad de algo que hoy, no quise decir.

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